Revista Digital

‘Aquí vivió’ o cómo ilustrar las injusticias de actualidad

Aquí vivió

Isaac Rosa y Cristina Bueno nos traen, de la mano de la editorial Nube de Tinta, Aquí vivió. Historia de un desahucio, una novela gráfica de absoluta actualidad, con el punto de mira en un tema que sigue candente, a pesar de que se hable menos de él en los medios.

Isaac Rosa es uno de los narradores más destacados de la literatura española de los últimos años por tratar desde la ficción cuestiones sociales que conciernen a cualquiera en títulos como El país del miedo, El vano ayer o La mano invisible. Aquí vivió supone su primera incursión en el mundo de la novela gráfica, género en el que demuestra que también se desenvuelve muy bien.

Alicia, la protagonista adolescente de la historia, se muda junto a su madre, recién separada, a un nuevo piso. La vivienda no termina de gustarle, y añora su anterior casa y la vida en ella: sus padres juntos, las barbacoas en el jardín,… la sensación de tener un hogar. El hecho de que los vecinos del bloque las traten con hostilidad no ayuda, y ni Alicia ni su madre entenderán el porqué de esa actitud hasta que descubran que el piso, comprado a una entidad bancaria a bajo precio, procede de un desahucio. El descubrimiento de un diario íntimo escondido en el fondo de un armario hará que Alicia se distraiga de su malestar y empiece a interesarse por los inquilinos que fueron echados de su casa. Cuando, en mitad de la noche, unos ruidos las despiertan y se encuentran en el salón a una desconocida, la historia que le contará llevará a Alicia a descubrir verdaderamente lo que hay detrás de un desahucio.

A través de Alicia y de sus andanzas alrededor del escabroso e injusto asunto, el lector conocerá también de primera mano la lucha por la vivienda, lo que implica un desahucio, las cifras a las que ha llegado la tragedia en estos últimos años en España, y los recursos de que se sirven las plataformas ciudadanas para ayudar a los afectados.

La historia que plantea Rosa se complementa a la perfección con el dibujo de Cristina Bueno, a quien habíamos podido ver (y leer) anteriormente en otras obras aparecidas en Planeta, Astiberri o Glénat. La artista propone una tonalidad fría para la historia, siempre entre el gris, el azul y el blanco, y distingue los momentos del presente narrativo con los relatos del pasado de algunos testimonios o de la historia del piso antes de la llegada de Alicia y su madre. Sus líneas son claras y sus dibujos elocuentes; sin necesidad de detalles preciosistas ni ambientes sobrecargados, logra que el lector identifique en todo momento los elementos más característicos del universo de los desahucios, que comparte en el imaginario colectivo por las imágenes que los medios han difundido.

Aquí vivió no sólo traslada el conflicto por todos conocidos a un caso concreto, enfocado con maestría para que mantenga el interés de su ficción, sino que ilustra –nunca mejor dicho− cómo se puede llegar a vivir una situación así y cómo puede hacérsele frente desde la sociedad. Esta obra resulta necesaria por su valor testimonial, para que con los años no se olvide toda una lucha colectiva y civil por algo tan elemental como el derecho a una vivienda.

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