El próximo 25 de diciembre es una fecha marcada en el calendario para las que somos fans absolutas de Mujercitas y, sobre todo, de Jo March, que pervive todavía en nuestra memoria con la cara de Wynona Ryder en aquella película noventera. Navidad de 2019 nos trae la nueva versión de la obra cumbre de la escritora Louisa May Alcott, esta vez dirigida por la galardonada directora Greta Gerwig (Lady Bird). Es sin duda el momento de volver a soñar con ser como Jo March, pero también para intentar profundizar en la figura de Louisa May Alcott, que escribió Mujercitas basándose en sus vivencias con su madre y sus hermanas.
Para poder profundizar en la figura de la creadora de una de las grandes heroínas juveniles de la literatura, qué mejor opción que sumergirse en Fruitlands. Una experiencia trascendental. En este cuidada edición de Impedimenta del cuento autobiográfico de May Alcott, el lector encontrará la versión más ácida y sarcástica de la escritora y conocerá de primera mano sus vivencias en el verano de 1840, cuando ella y su familia vivieron en una colonia experimental trascendentalista.
Este cuento llegó unos años después del rotundo éxito de Mujercitas, en 1868. Sería ya en 1873 cuando escribiera Fruitlands. La obra fue publicada originalmente como un cuento. Sin embargo, en esta cuidada edición de Impedimenta, ha sido complementado, por un lado, con «Los diarios de Fruitlands», que recoge las memorias de Louisa May Alcott durante la experiencia en la colonia trascendentalista en el año 1840; y, por otro lado, «Dos cartas contemporáneas», una recopilación de la correspondencia que mantuvieron en 1843 Bronston Alcott, padre de la escritora, y Charles Lane, uno de los más importantes fílosofos trascendentalistas. El prefacio de Julia García Felipe y el posfacio de Pilar Adón, completan este libro, que supone un documento único para acercarse a la vida y las ideas de una de las escritoras más importantes de la historia de la literatura.
«Vivir en función de los principios de uno, cueste lo que cueste, supone una especulación de alto riesgo, y el fracaso de un ideal, independientemente de la humanidad y nobleza del mismo, es algo inexcusable; el mundo perdona con mucha más facilidad el atraco a un banco o las estafas a gran escala de los políticos corruptos».