Antes de comenzar la lectura de Mapa de una ausencia, el autor, Andrea Bajani, anticipa al inminente lector que los personajes y los acontecimientos que se narran en la novela no son más que producto de su fantasía. Sin embargo, en esta historia de abandonos, olvidos, iniciaciones, cierres y ausencias Bajani ha sabido plasmar una realidad que podría ser la de cualquiera y que él conoce de cerca gracias a su labor como periodista: el trabajo precario en el sur de Europa (plasmado en un ensayo titulado Mi spezzo ma non mi impiego, publicado en 2006). En este caso, la madre del protagonista y sus socios, italianos, trasladan su empresa constructora a una Rumanía deprimida y perdida en su pasado.
En un momento de la novela, el protagonista visita el imponente palacio del brutal líder comunista Ceausescu, que gobernó en Rumanía hasta 1989. Al joven italiano le llama la atención que el guía aporte datos sumamente precisos sobre las toneladas que pueden llegar a pesar las estatuas, los metros cuadrados de salones y cualquier tipo de dato cuantitativo, pero que olvide por completo el nombre del dictador que construyó ese lugar desde el que sembró el terror. «Estábamos allí para saber de él, de lo que había sido capaz, y en cambio él era el vacío en torno al cual el guía había edificado su perorata de toneladas, de metros, de números. Como si entre el dolor y el orgullo se hubiera colocado en medio el pudor, como si el mal pudiera exhibirse, a condición de no nombrarlo ni una sola vez», observa Lorenzo, el protagonista.
Al igual que, aunque ficticios, los personajes que viven en la Rumanía que dibuja Bajani podrían estar basados en cualquier persona residente en este país, el joven protagonista de esta novela podría ser cualquiera, pues el ser humano convive con la certeza de que toda presencia puede convertirse en una ausencia. Mapa de una ausencia es una búsqueda de espacios habitados por las improntas de las personas que los habitaron y un tránsito hacia la aceptación de los vacíos dejados por los que ya no están.
«Descolgué el teléfono instintivamente y me lo acerqué al oído, como si tú aún pudieras estar allí», cuenta Lorenzo a una segunda persona, su madre, la persona a la que apela a lo largo de toda la novela. Es Mapa de una ausencia un monólogo interior en el que el protagonista reflexiona sobre los acontecimientos presentes y pasados; una introspección en la que Lorenzo afronta la muerte de una madre que lo abandonó años atrás; y una evocación del pasado en común.
Andrea Bajani nos presenta en esta novela unas ausencias fruto de su fantasía e imaginación, pero que son tan reales y universales que bien podría haber introducido el libro con otras palabras: “Basada en todas aquellas personas que dejan un vacío y en aquellas que sienten e intentan superar una ausencia”.