A través de mis pequeños ojos, una preciosa novela que ha llegado al corazón de todos sus lectores. Y es que no ha habido mejor forma de contar una historia de tales dimensiones. ¿Quién mejor para contarlo que aquel que la vive? Cross nos describe, desde su punto de vista, su gran labor como perro guía en su día a día. Sus días buenos, sus días malos. Un relato transparente, fresco y verdadero.
Cross es un cariñoso cachorro de Golden Retriever, una raza considerada como una de las mejores para la formación de perros guía. Y es que ser uno de ellos no es nada fácil, ya que tienen una gran responsabilidad. Sin embargo, Cross piensa que la vida de las personas es todavía más complicada: desengaños amorosos, pagos a tiempo, conflictos internos… ¡Con lo feliz que es él siendo perro! Y si además es el centro de atención donde va, mejor aún. Es travieso y alegre, como cualquier otro joven can, pero sin olvidar su misión: deberá cuidar de Mario en todo momento.
Mario, por su parte, es un joven con cientos de inquietudes, con un gran corazón y fortaleza y luchará lo que haga falta por que sus limitaciones no le impidan cumplir sus sueños. Junto a Cross, formará un increíble equipo con el que afrontar todos los contratiempos que le vengan. Sabe con certeza que su fiel amigo no le abandonará, por lo que apostará por él hasta el último momento.
Esta conmovedora historia, escrita por Emilio Ortiz y publicada por Duomo Ediciones, ha sido capaz de emocionar a todo el que lo ha leído, como un magnífico relato de superación que es. A pesar de estar narrada en primera persona, no es la obra que estaríamos acostumbrados a leer, sino que es mucho más original. Cross será quien nos cuente desde sus pequeños ojos su día a día con Mario, tal y como hace referencia el título. El autor se ha preocupado por conocer a fondo a su compañero, sus movimientos, qué piensa y todo lo relacionado con él, para poder plasmarlo a la perfección en la novela.
Con un estilo sencillo y en clave de humor, las travesuras del animal conseguirán sacarnos una carcajada y, por el contrario, su lado más humano, conseguirá arrebatarnos más de una lágrima. Todos los que tenemos un Golden Retriever o cualquier otra raza de perro sabemos lo bondadosos y nobles que son. Es por ello por lo que Ortiz ha hecho una gran labor, facilitando al lector en cierta medida a saber un poco más sobre cómo es la vida de una persona invidente.
Emilio Ortiz, natural de Barakaldo (Vizcaya) y con actual residencia en Albacete, se abre paso en el mundo de la literatura con este título, su primera novela, que ha sido acogida con los brazos abiertos y con una valoración de sobresaliente, hecho que ha sorprendido al autor gratamente. La ceguera no ha significado para él una limitación, sino un reto y, por ello, ha lanzado con entusiasmo este gran debut.
Si lo que te apetece es una lectura tranquila, constructiva, divertida y con una gran moraleja, no te lo pienses más. ¡Dirígete a una librería y hazte con él!