La tetralogía de La sangre de las promesas, del autor canadiense de origen libanés Wajdi Mouawad, se ha visto completada en la escena barcelonesa tras el estreno de Boscos, de la mano de La Perla 29 y bajo la dirección de Oriol Broggi, todo un especialista en montajes del reconocido autor. Además de esta última entrega, también ha dirigido otras dos piezas de la tetralogía, Cielos en 2014 e Incendios en 2012 (Litoral, la pieza restante, se estrenó con dirección de Raimon Molins en 2013), y esta misma temporada, en co-dirección con Ferran Utzet, el monólogo Un obús al cor.
La firma de Broggi, tanto en la dirección como en el espacio escénico, queda patente en este montaje de Boscos. Pero lo que realmente sobresale en la pieza es el estilo y la poética de la pluma de Mouawad, a través de la excelente traducción de Cristina Genebat, a quien seguimos reivindicando como una gran traductora teatral. En esta obra encontramos todo el universo del autor, todos sus temas recurrentes y que se pueden señalar, no ya sólo en el resto de textos de la tetralogía, sino también en otras de sus obras: la identidad, los orígenes, los mellizos, las guerras, las promesas, la búsqueda, las relaciones entre madres y padres e hijos… Y, de nuevo, el gran talento de Mouawad para contar historias. En esta ocasión, una gran historia que recorre toda una estirpe familiar a lo largo de tres siglos y que alude, inevitablemente, también a la Historia. Varias generaciones de mujeres y su descendencia son buscadas por la última de ellas en un viaje hacia el pasado ignoto que cambiará más de una vida.
Para semejante epopeya, Broggi configura un espectáculo de cuatro horas de duración que, sin embargo, y a pesar de que en algún momento el texto suena demasiado grandilocuente, se mantiene bien gracias al interés de la pieza y a la maestría con que está escenificada. Entre tantos saltos temporales y personajes, sería fácil perderse o confundirse por el camino. En cambio, la disposición escénica, el savoir faire del director, permiten al espectador sentirse acompañado en todo momento por la rocambolesca historia de esa búsqueda familiar. El elenco de actores –formado por Cristina Genebat, Màrcia Cisteró, Marissa Josa, Clara de Ramon, Xavi Ricart, Xavier Ripoll, Marc Rius, Carol Rovira, Xavi Ruano, Sergi Torrecilla y Ramon Vila− también contribuye con sus buenas interpretaciones a hacerlo posible, así como el equipo técnico encargado del resto de elementos, desde el diseño de iluminación de Pep Barcons hasta el sonido de Damien Bazin, pasando por el vestuario y la caracterización de los numerosos personajes, obra de Annita Ribera y de Helena Fenoy y Marta Ferrer, respectivamente.
Las producciones de La Perla 29 son siempre sinónimo de calidad teatral. Pero si además cuentan con un gran texto, en todos los sentidos; una buena y cuidada dirección, que sepa dosificar la emoción a lo largo de la obra; un elenco sobresaliente y versátil; y ese maravilloso espacio que es la Biblioteca de Catalunya bien aprovechado para que juegue a favor de la pieza, como es el caso, al espectador que le guste que le cuenten historias apasionantes y apasionadas le resultará una propuesta de lo más estimulante. Y se puede ver hasta el 14 de mayo.