El Partido Popular Europeo ha conseguido imponerse en el Parlamento este domingo 25 de mayo seguido del Partido Socialista con 186 escaños. Tras ellos, el Grupo Liberal ha conseguido 70 y los Verdes 55. La izquierda radical ha ganado terreno con 47 diputados.
En España con un 98% de los votos escrutados, el PP domina con 16 escaños y el PSOE obtiene 14. Sin embargo, ambos reducen su número de asientos debido al incremento de los partidos minoritarios como Izquierda Plural, Podemos y UPyD cuyas campañas trataban de acabar con el bipartidismo. La gran sorpresa ha sido Podemos que ha conseguido 5 escaños, mientras que Izquierda Plural y UPyD han visto incrementar sus diputados en 4 y 2, respectivamente.
La participación del 45,86% de la población refleja una perspectiva optimista pese a que el aumento sólo ha supuesto ocho decimas más que en 2009. Llama la atención especialmente la subida en Cataluña, que ha incrementado su participación en más de diez puntos, sobresaliendo del resto de comunidades. Allí ERC se ha proclamado vencedora frente a CIU.
En Europa, un claro avance de la extrema derecha se manifiesta con el triunfo de Marine Le Pen en Francia y su partido Frente Nacional, mientras que el resto de sus oponentes han bajado. En Dinamarca los ultranacionalistas también han despuntado y el clásico euroescepticismo inglés sigue presente al proclamarse como líder el partido antieuropeo UKIP. Por su parte, la coalición de Angela Merkel CDU-CSU ha ganado a los socialistas, no obstante, éstos disfrutan de la mayor subida en unas elecciones europeas. También los socialistas portugueses y griegos han conseguido la victoria.
Tras los resultados llega la reflexión y pese a que la abstención no ha aumentado y se haya revertido la corriente negativa desde 1979, los datos no son muy tranquilizadores. Los países con mejores resultados de participación son Italia, Alemania y Francia cerrando la lista con Eslovaquia con un 15%, según informa el Parlamento.
Aunque en ningún caso estos datos son indicadores fiables para las primarias de las elecciones generales ya que la irregularidad económica conlleva también inestabilidad política. Estos resultados suponen la continuación o el cambio de las políticas de actuación de los diferentes partidos, porque aunque así no lo conciban, han sido sometidos al juicio de los ciudadanos. La campaña ofensiva de la dirigente socialista Elena Valenciano dirigida a las declaraciones machistas de Arias Cañete no han conseguido el resultado esperado, sin embargo, los líderes han visto reducirse considerablemente su número de asientos.
Ahora el siguiente paso será decidir el próximo presidente de la Comisión que sustituya a José Manuel Durao Barroso. Aunque es necesaria la aprobación de la mayoría del Parlamento y todos los partidos presentaron a su candidato, hay dos claros favoritos, el conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker y el socialista alemán Martin Schulz que que ya han aprovechado sus respectivas victorias en las elecciones para reclamar su puesto debido al buen trabajo realizado. Y aunque Juncker va por delante en esta competición, ambos aspirantes tendrán que asociarse entre ellos o con otros para gobernar sin problemas.