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‘Voy a hablar de Sarah’: la locura del Eros

Lumen publica un libro que ha conquistado tanto al público como a la crítica: Voy a hablar de Sarah de Pauline Delabroy-Allard. Una obra sobre dos mujeres que irrumpen cada una en la existencia de la otra para romperla, despiezarla y volverla a unir. La sensibilidad de la autora consigue calar en el tuétano de los lectores, conmocionándonos, haciéndonos partícipes de las dudas, del sufrimiento y del delirio de las protagonistas. Cuando el caos llega a nuestras vidas, es difícil pararlo, imposible salir de él si ya hemos sucumbido.

Sarah ha irrumpido en la existencia de la protagonista, además de voz narrativa de la novela: una treintañera, música, un tanto excéntrica, intensa y con una viveza envidiable para cronista. Desde la noche en la cual conoció a Sarah, todo comienza a ser llamativamente apremiante: el ahora se abrasa; el futuro será ceniza. Una trama volcada en el tema del Eros-Tánatos con una melodía schuberniana que consigue devorarnos a través de un sinfín de sentimientos —algunos opuestos, como la angustia o una pasión— que queman hasta consumir. Voy a hablar de Sarah es una obra cruda, sin ánimo de idealizar una relación tóxica, sino de envolvernos hasta hacernos sentir las mismas impresiones de los personajes.

Pauline Delabroy-Allard construye una obra alrededor de la tradición occidental de la relación del eros y su final trágico. El amor —es un amor-pasión ardiente y destructor— se convertirá en el centro de la vida de las protagonistas. Un sentimiento que las unirá y las llevará hasta sus últimas consecuencias. ¿Os suenan estos rasgos? Este tipo de afecto se plasmaba en el Romanticismo. Sin embargo, va más allá de un tópico relacionado con esta época literaria. Esta obra entronca con el amour fou. De nuevo, ¿hasta qué momento os retrotrae? Eso es, al surrealismo. Desde películas como Un perro andaluz de Luis Buñuel o El amor loco de André Breton en el cual Eros-Tánatos se constituyeron como dos fuerzas antagónicas, pero inseparables hasta que “La atracción está rota, la belleza del rostro amado se oculta, un viento de cenizas se lo lleva todo, la continuidad de la vida peligra”. Así será la relación entre las dos mujeres: concupiscente, rallando lo peligroso e, incluso, lo obsesivo.

Voy a hablar de Sarah de Pauline Delabroy-Allard es una obra con una calidad literaria exquisita. Su prosa roza en ocasiones el lenguaje lírico, nos lleva a un viaje de locura del delirio quimérico e, incluso, ofuscador a través de una melodía frenética, como puede ser el cuarteto de Schubert,  La muerte y la doncella, o Las cuatro estaciones de Vivaldi. La obra se divide en capítulos cortos que simulan microrrelatos, llegando a formularse como una pieza de retazos de memoria y sentidos. Ello provoca una ruptura del ritmo, otorgándole esa sensación de irrealidad y quemazón de la pasión que siente la protagonista. Lumen nos trae una obra de lectura indispensable, tanto por su estilo como por su destreza con la narrativa.

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