En un verano en el que la falta de ideas de las superproduciones americanas es evidente con demasiados regresos, secuelas o reinicios (Cazafantasmas, Independence Day, Star Trek, Ice Age, Jason Bourne, Tarzán, Ahora me ves 2, Election, Buscando a Dory, Tortugas Ninja, Peter y el dragón…) queremos echar la vista atrás al verano de 2015, donde ya ocurría lo mismo concidiendo el estreno de dos secuelas de dos sagas que tienen mucho más en común de lo que a priori pueda parecer. Enfrentamos a Terminator Vs Misión Imposible.
Parecidos razonables
- Las dos sagas estrenaron en verano de 2015 su quinta entrega Terminator Génesis y Misión Imposible: Nación secreta. Si bien la saga Terminator es mucho más antigua (1984-1991-2003-2009) que la de Misión Imposible (1996-2000-2006-2011).
- Ambas tienen a una superestrella de Hollywood que alcanzó el estrellato en la década de los 80 como protagonista. Tom Cruise ha sido el protagonista absoluto en las cinco entregas dando vida a Ethan Hunt, mientras que Arnold Schwarzenegger cedió el protagonismo a Cristian Bale en la cuarta entrega Terminator Salvation apareciendo únicamente en un cameo digitalizado en este caso como un malvado T-800.
- Las dos han tenido su versión televisiva, aunque en este caso han hecho el viaje a la inversa. Misión Imposible fue primero serie de televisión en la década de los 60 con esa mítica sintonía que se ha mantenido en su adaptación al cine, durando inicialmente siete temporadas, para volver a finales de los 80 con otras dos temporadas más. Terminator tuvo su adaptación a la televisión en 2008 con Lena Headey (ahora Cersei Lannister en Juego de tronos) en Terminator: Las crónicas de Sarah Connor con únicamente dos temporadas, y contaba la historia del personaje interpretado por Linda Hamilton en las películas entre la segunda y tercera entrega de la saga.
Diferencias
- Mientras la saga protagonizada por Tom Cruise ha tenido cinco directores diferentes para sus cinco entregas, en la de Arnold su creador James Cameron repitió en las dos primeras que coincide que son las dos mejores.
- De momento ya está confirmada la sexta aventura del agente secreto Ethan Hunt, donde va a repetir director por primera vez en toda la saga, Christopher McQuarrie. Sin embargo la quinta parte de Terminator tras no tener el éxito en taquilla esperado parece que será la última, aunque en esto del cine nunca hay nada definitivo.
- Debido a su longevidad en Terminator han tenido que renovar a los actores y el mismo personaje ha sido interpretado por varios: Sarah Connor pasó de ser Linda Hamilton a Emilia Clark, John Connor pasó del inical Edward Furlong al que sus problemas con las drogas y el alcohol le apartaron de la horrorosa Terminator 3: La rebelión de las maquinas donde lo interpretó un soso Nick Stahl, para luego ser Christian Bale el que le diese vida en Terminator Salvation hasta llegar al reformado John Connor de Jason Clarke en Terminator Génesis. Mucho más coherente con sus personajes ha sido Misión Imposible que además de Cruise han repetido papel Ving Rhames desde la primera, Simon Pegg desde la tercera y Jeremy Renner desde la cuarta.
Otra cosa que tienen en común las dos películas es que ambas fueron criticadas por mí el año pasado. Críticas que os dejo a continuación, una escrita y la otra en vídeo, para que podáis seguir comparando y ver cual de las dos sale ganadora en este duelo singular.
Ethan Hunt vuelve por quinta vez a enfrentarse a una Misión Imposible, intuyendo que le queda cuerda para rato. La saga demuestra estar en forma, aunque no alcanza el nivel de entretenimiento del «Protocolo Fantasma», la anterior entrega.
Hay dos motivos por los que un buen aficionado va al cine: para ver un historia que te atrape, ya sea por las interpretaciones, por los actores o por el guión, o para disfrutar sin necesidad de pensar demasiado, por sus efectos especiales, escenas de acción o comedia. Evidentemente en este caso estamos en la segunda opción, porque si algo consiguen casi todas las películas de la saga es entretener. “Nación Secreta” nos entretiene sobre todo en su primera parte, cuando no necesitamos saber casi nada de la historia, nada más que el prota Tom Cruise tiene que escapar o enfrentarse a unos malos muy malos. La segunda parte, cuando intentan explicar los motivos y enlazar una trama medianamente coherente, es cuando más flojea la película, ya que esa trama no es más que una excusa para encadenar una escena de acción tras otra. De hecho se hace demasiado larga, precisamente por esas explicaciones que al final no son tan importantes, pero se agradecen para darle al conjunto un mínimo de coherencia narrativa, y alejarse de otras sagas de éxito que no la tienen, como por ejemplo “Fast & Furious”, a la que recuerda por esa sensación de ir ampliando los integrantes de la familia con cada entrega. En esta se mantiene el “fuertecito” Ving Rhames desde la primera, el graciosillo Simon Pegg que se unió en la tercera de la mano de su amigo J.J. Abrams, el vengador bondiano Jeremy Rener que llegó en la cuarta y el novato Alec Baldwin, último en unirse a la familia. Aún así se echa en falta algún cameo de algún que otro compi superviviente de las anteriores entregas.
En esta parte las peripecias de Hunt nos harán viajar desde Bielorusia hasta Londres, pasando por Viena o Marruecos, con la muy publicitada escena del avión en la que Cruise no necesitó de ningún doble para rodarla y que sirve de correcto pero breve inicio. De hecho con la famosa fanfarria heredada de la serie de televisión, cualquier cosa que pongas hará las delicias del espectador. Se añora una gran escena como la del edificio de Dubai en la anterior entrega, que dejó el listón muy alto. Lo intentan con la escena submarina, pero se nota demasiado la animación con ordenador, y si hay que quedarse con una, yo lo haría con la de la Ópera de Viena, por su sabor a lo mejor de la saga Bond, mezclado con los chascarrillos de Pegg, que dan frescura frente a la excesiva solemnidad de Cruise. Se agradece que vuelvan a obviar el tan manido elemento romántico.
De todas formas se trata de disfrutar y a pesar de hacerse larga, lo consigue justito.