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El ‘Animal de nieve’ de Dara Scully

La escritora y fotógrafa Dara Scully publicó recientemente su segunda novela: Animal de nieve. Forma parte de la colección publicada por Caballo de Troya, cuya edición corre a cargo este año de Antonio J. Rodríguez y Luna Miguel. Su primera obra, Tenían la belleza del salvaje, publicada por Harpo, vio la luz en 2015.

La acción de Animal de nieve transcurre en un internado femenino que me recordó al Wybrany College de Cuatro por cuatro de Sara Mesa: un lugar aislado que, aunque tendría que ser un espacio acogedor y tranquilo para los alumnos, se percibe como amenazante, en el que la naturaleza acecha y amenaza. Por su parte, el tiempo parece diluirse, encontrando dificultades para ubicar temporalmente la trama en una época determinada, alejada de la tecnología; en todo caso, la historia abarca un curso escolar.

Animal de nieve comienza con la llegada de un nuevo docente al centro educativo que impartirá la asignatura de música, el profesor Frédéric, que resulta tan intrigante como atractivo para las jóvenes estudiantes, deseosas de experiencias y con comportamientos caprichosos, como “animales imperfectos”. Junto al maestro que irrumpe la cotidianidad femenina, el protagonismo recae sobre otros dos personajes: Mrs. Bell, la directora del centro, y una de las alumnas, la brillante Angélica.

La novela de Dara Scully aúna una escritura lírica y de frase breve. A su vez, la autora posee un estilo casi cinematográfico, recreando una escena como una sucesión de evocadoras imágenes y deteniéndose en ocasiones en las sensaciones. Con su narrativa es capaz de componer un espacio y ambiente propio, que pone gran hincapié en la naturaleza y que podríamos vincular con sus sugerentes fotografías. Esta novela tan visual, que juega con los colores, es un ejercicio creativo más interesante en la forma que en el fondo.

Se espera que esa atmosfera inquietante culmine en una detonación, que zarandee a los personajes y conmueva a los lectores; sin embargo, la novela no termina de explosionar hacia ese desenlace deslumbrante y deja al lector parcialmente satisfecho, esperando un impacto o una conmoción que nunca llega a producirse. Personalmente también me hubiera gustado que cierto personaje del pasado del profesor tuviera mayor presencia en la trama, ya que se queda en el mero recuerdo y, a mi juicio, podría haber ofrecido mucho más.

Animal de nieve de Dara Scully es una interesante propuesta que, sin ser extraordinaria, posee un estilo cuidado y evocador; no obstante, sigamos la pista de esta autora y fotógrafa que aún parece tener mucho que ofrecernos. Una vez más Caballo de Troya otorga voz a los jóvenes escritores, una nueva generación que nos ofrece novedosos planteamientos.

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