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‘El tercer amor’: la sencillez del deseo

Cubierta de "El tercer amor" de Hiromi Kawakami. Es una ilustración de una chica japonesa de pelo negro liso cortado sobre los hombres y con flequillo. MIra de lado como queriendo saber más de lo que hay en su campo de visión. Viste una camiseta oscura con flores rosas y rojas en tonos apagados y detrás de ella continúan los motivos. El fondo de como de papiro antiguo.

Alfaguara publica en español la última novela de Hiromi Kawakami titulada El tercer amor. El “amor universal” se rige por una serie de requisitos un tanto rígidos: monogamia, jerarquización del eros por encima de otros afectos, sumisión de la mujer frente a la actitud paternalista del hombre… Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Este estándar se ha modificado e impuesto por el colonialismo, el paso del tiempo, además de por las rupturas de según qué tabúes o la imposición de otros. Por ello, lo más interesante es asomarse a la historia y contemplar cómo otros puntos de vista pueden servir para reestructurar el presente.

Riko es una mujer que siempre ha tenido claro qué quería en su futuro, y eso era casarse con su amigo de la infancia Na-chan. Ella se ha convertido en la perfecta esposa que cuida y espera a su marido. Las infidelidades de él pasan a ser parte de la convivencia. Nada parece perfecto. El silencio es sofocante. La vida, en un acto casual, hace que Riko se reencuentre con un viejo conocido: el señor Takaoka. Esto, junto a la aparición de sueños de vidas pasadas de mujeres de diferentes periodos de la historia de Japón, será la evasión —o punto de inflexión— de cómo concibe el mundo la protagonista.

Existe algo tan tangible y real como místico y mágico en el amor. Lo mismo ocurre en la cultura japonesa: contiene una chispa de fantasía que llena sus relatos de imposibles-posibles. Ello se cuela en esta novela. “Hace mucho tiempo” es el inicio y el detonante de esta estructura superpuesta entre las historias del pasado y el presente que se viven de manera simultánea, pero no simétrica. A través de este viaje, Hiromi Kawakami presenta uno de sus leitmotivs: el eros. El tercer amor presenta límites desdibujados, ideas antiquísimas que se cuelan entre tabúes u oportunidades fragmentadas en periodos más o menos oportunos. Pues se trata de la introspección de una mujer joven que solo ha conocido un amor y se atreve a experimentarlo, observarlo y cortejarlo con prácticas de mujeres de siglos anteriores para conectar con la tradición japonesa de esta emoción.

De esta lectura de El tercer amor me ha resultado especialmente interesante el cómo usa los sueños como tapiz para tejer pasado y presente, pues se produce cierta ruptura temporal a través de la concepción momentánea de Riko. Ello hace que la narrativa, un tanto melancólica y otro tanto sugestiva, se recree en las emociones sin llegar nunca a construir un juicio moral, pues se trata más bien del fluir de los sentimientos en los diferentes contextos y eventos vitales. Esta novela se presenta como una propuesta literaria sobre el amor como lo puede ser el Genji Monogatari: un protocolo, unas expectativas socio-culturales y un punto de vista de un personaje con la reflexión del lector, no de quien escribe o protagoniza el relato. Es sutil, sugerente y muy recomendable.

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