El autor rondeño se decidió a publicar su propia novela, El Ocaso de Alejandría, tras descubrir los abusos de las editoriales con beneficios invisibles para el autor y métodos de venta alejados de las necesidades de un escritor desconocido. Ahora su libro es número uno en ventas en Amazon.
José Barroso (Ronda, 1976) es un tipo normal que trabaja en una oficina de lunes a viernes, de nueve a seis –a veces de nueve a nueve, ya se sabe cómo son estas cosas-. Lleva una vida ordinaria, estable, sin presiones, no llama mucho la atención. Sin embargo, cuando llega el fin de semana dedica las horas a lo que podría ser más que una pasión: escribir sobre historia. Así ha pasado este rondeño los últimos ocho años de su vida, compaginando una vida de oficinista en Granada con el intrigante y atractivo mundo de los romanos: de Julio César, Cleopatra, Marco Antonio, guerras, envidias, pasiones… Años de documentación y de dar forma a lo que ahora es el primer libro de una saga histórica: El Ocaso de Alejandría. Solo que Barroso no esperó a que las editoriales vinieran a buscarle ni aceptó un mísero 8% de beneficios: él solito lo editó, diseñó y lanzó a la venta. Durante los quince días que lleva en el mercado ha sido difícil desplazarle del número uno en ventas de historia en Amazon, donde la versión Kindle de su libro se vende a poco más de tres euros.
“Siempre me ha gustado la historia y estudiando o leyendo sobre algunos pasajes veía en mi cabeza una novela, pero me costó años plasmarlo en un libro”, comenta el autor. Según cuenta, todo empezó en el instituto cuando su profesor les explicaba la historia de Ronda. Más de diez años después comenzó a escribir una novela sobre la reconquista cristiana del Reino de Granada, aunque no tuvo mucho éxito. “No se lo conté a mis amigos más cercanos, ni siquiera a mi madre, me parece más fácil defender la novela ante desconocidos, cosas de la inseguridad”. “Cuando terminé el borrador de El Ocaso de Alejandría en el mes de abril y empecé a moverlo, los editores me recomendaron que saliera del armario, utilizaron esa expresión, dijeron que no podía permitirme no vender un ejemplar, aunque el comprador fuese un familiar o amigo”.
La relación de Barroso con las editoriales duró bien poco. “A los veinte días de enviar mi borrador empecé a recibir ofertas, incluso una me envió directamente un contrato pero al leerlo se me vino el mundo encima: cláusulas completamente abusivas en las que la editorial se queda el 92% de las ventas, o en las que pretenden venderlo a un precio más adecuado para Ken Follet que para un escritor novel. En definitiva, yo perdía todo el control sobre mi obra y no quería publicar en esas condiciones”. Desde luego su experiencia en el marketing fue clave para decidir que lo que le ofrecían no era la mejor forma de vender su producto así que, ¿por qué no?, se lanzó a publicarlo por cuenta propia.
Primero buscó ayuda pidiendo un informe de lectura a un profesional que le hizo algunas correcciones y recomendaciones. El segundo paso fue dar con una portada atractiva para lo que mantuvo reuniones con varias empresas de diseño hasta dar con una que dio en el clavo. Lo último fue la impresión y, por supuesto, la divulgación a través de redes sociales y Amazon. “No quería publicarlo solamente en formato e-book porque hay personas que aún quieren comprar en papel. Cualquiera puede publicar su libro a coste cero, solo tiene que subirlo a Amazon, pero para mí pagar más por un corrector y un buen diseño es un símbolo de garantía para el lector”.
La novela, que gira en torno al personaje de Cleopatra VII –la que interpretó Elizabeth Taylor- y en esta época de intrigas entre egipcios y romanos, busca alejarse de los grandes decorados de Hollywood y de esas mentirijillas o parafernalias que, hasta que llegó Barroso, nos alejaban de la realidad. Por ejemplo, ¿sabíais que Cleopatra no era egipcia sino griega? Os dejo tiempo para asimilar esta información.
Ahora Barroso escribe la segunda novela de esta saga, El Ocaso de la República, que se centrará en Octavio Augusto y espera ponerla a la venta a principios de 2015. Son las editoriales las que, al ver cómo sus ventas en internet y en las escasas librerías donde se comercializa suben como la espuma a pesar de sus “rústicos” medios de difusión, intentan contactarle para llegar a un acuerdo.
Mientras tanto, este oficinista vuelve a su trabajo diario donde sus compañeros, aún sorprendidos por descubrir su identidad secreta, le aseguran, entre otras bromas, que votaron por él para el Premio Planeta. Eres como Clark Kent, le digo. “Sí, bueno, pero con los calzoncillos por dentro”.
José Barroso, en la imagen, cedida por él mismo.
