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‘Las diurnas’: la voz de las historias que ardieron

Cubierta de las Diurnas de Andrea Tomé. Es la ilustración de dos mujeres de Inglaterra del siglo XVI. El estilo simula un grabado. En el centro hay unas llamas, que tapan parcialmente ambos rostros, pues simulan las hogueras de los juicios por brujería. Este elemento se encuentra cruzado por una cinta rosa, por la unión de las mujeres

La nueva novela de Andrea Tomé se llama Las diurnas y ha sido publicada por Umbriel Ediciones. La Historia, la Literatura occidental, tradicionalmente, ha sido contada por hombres. Entre estas voces privilegiadas se filtraban, tras un «Anónimo» o un talento que no se podía eclipsar, mujeres con sus relatos propios, con su imaginación, con su testimonio. En este libro la autora ha decidido dar voz a dos muchachas que contienen el estigma femenino de su época para narrar una obra inspirada en los juicios por brujería de Bury St. Edmunds.

Las diurnas entre teje dos narraciones separadas por algo menos de veinte años. La primera comienza en 1662 con Lawrence Skoefield, un joven aprendiz de encuadernador con una extraña enfermedad. Su curiosidad, su propia condición y su lugar de trabajo lo llevan a interesarse por los juicios por brujería, a descubrir una historia que desea salir a la luz. La segunda ocurre en 1645. Avis Crowfort y Cecily Darcy serán las protagonistas de un relato íntimo, personal y extenuante que pasa por reglas sociales, deseos silenciados y promesas rotas. Ambos ejes unidos por algo curioso.

La propuesta de Andrea Tomé para esta novela se compone de varios niveles, partes. O se podría hacer la siguiente lectura: es una matrioska con diferentes recursos, elementos narrativos y temas. En la parte exterior se puede encontrar la oscuridad, la ocultación de historias, de relatos que son toda una metáfora asociada a esa casa ávida de luz. Es decir, lo que se calla desea salir a la luz. En otra capa se localizar la religión como eje moral y central del abuso del poder humano. Si se abre esta muñeca se puede llegar a la historia de las jóvenes acusadas de brujería. Tras esta pieza se halla el despotismo masculino alentado por el patriarcado y el machismo, contextos homoeróticos tácitos e irrealizados por el desconocimiento…

La lectura de Las diurnas de Andrea Tomé me ha resultado cautivadora por diferentes motivos. Uno de ellos ha sido el estilo con una bonita estética poética. Se nota la habilidad literaria de la autora para matizar el léxico, romper ritmos sintácticos o sacar brillo a la introspección lírica. Para ello se sirve de dos narradores, uno en segunda persona y otro en primera. Otro aspecto que ha conseguido atraparme han sido las frases de final de capítulo. Esto me ha parecido curioso, porque se tiende más a poner grandes frases al principio —si lo lees, te recomiendo prestar atención a esto—. Esta novela se clasifica como ficción histórica, tanto por el tema, por cómo por las dos líneas temporales. Sin olvidar, por supuesto, el ligero toque de realismo mágico contenido en toda la obra, además, del toque brumoso de mitología católica que lo envuelve todo creando la atmosfera perfecta de esta novela que me ha fascinado.

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