Plaza y Janés nos acerca una historia de venganza con Nuncanoche de Jay Kristoff. Un mundo de fantasía imperado por tres soles —que al contrario que en Memorias de Idún no tendrá tres lunas— y, en el cual, la Veroscuridad solo llega una vez cada dos años y medio. La tenebrosidad ocupa los corazones de los habitantes de este mundo. Por ello, en este universo no será complicado que se instruya a un grupo muy reducido en las artes del asesinato, el engaño y la seducción para terminar con la vida de las personas malas y no tanto en nombre de una deidad oscura. Kristoff crea un mundo violento, lleno de conspiraciones, donde las líneas entre el bien y el mal están muy difusa y las lealtades pueden transformase.
El alzamiento fallido por parte del padre de Mia cambiará la vida de toda su familia: el encarcelamiento de la madre de la joven y de su hermano pequeño. Ella conseguirá escapar de este destino gracias a las sombras; a fin de cuentas, es tenebro y las controla. Con las últimas palabras de su progenitora en la cabeza: “Nunca te encojas. Nunca temas. Y nunca, jamás, olvides” comenzará el camino hacia su venganza. Cuando cuenta con dieciséis años, emprenderá su viaje hacia la Iglesia Roja para formarse como una de las Hojas de la Santa Madre del Bendito Asesinato. Una formación como criminales al más puro estilo de Máscara de sombras o como en la trilogía de El asesino de reyes —aunque con diferentes clases y artes— y con mismas conspiraciones a la altura la saga de Trudi Canavan Las crónicas del mago negro.
El libro comienza con un capítulo titulado “Caevat emptor” una locución latina que significa algo así como “el comprador asume el riesgo de lo adquirido”. Algo tremendamente curioso teniendo en cuenta que, en este apartado, el narrador presenta sus intenciones narrativas y deja explicito cómo va a ser la historia: sin ningún tipo de filtro, no va a ser políticamente correcto ni va a endulzar la vida —como podemos ver en los cantares de gesta—. Estas novelas entrelazan dos tiempos cronológicos que discurren entre el presente y el pasado de nuestra protagonista: Mia Corvere. Una prosa elaborada, directa y sin tapujos construyen una lectura lenta y mimada que se entrelaza con anotaciones a pie de página del cronista. Esto constituye un universo redondo, cuidado al detalle que hace que el lector entienda el mundo y comprenda las estructuras sociales y acciones de los personajes.
Adictiva, misteriosa, con unos personajes muy humanos y con las dosis necesarias de humor, Nuncanoche se alza como una gran propuesta como lectura para este verano; llevándonos página tras página hacia la historia de Corvere que, como los grandes mitos históricos, merece ser contada. Jay Kristoff elabora un juego ficticio cervantino que nos conduce, con el narrador en esta primera parte de las Crónicas de la Nuncanoche, con maestría. ¿Existe algo más oscuro que las propias sombras?