Aunque quedan pocos coletazos para que acabe el verano, es seguro que todavía muchos habrán dejado sus vacaciones para el mes de septiembre, para disfrutarlas con unas temperaturas más bajas…
Para quien opte por el norte de España, vamos a recomendar un itinerario cultural que complementa las rutas gastronómicas y de playas habituales. Cantabria, con lugares como Castro Urdiales, Comillas, Laredo, Santillana del Mar o San Vicente de la Barquera, ofrece monumentos y espacios naturales atractivos por sí mismos, pero es sin duda Santander la que más oferta cultural ofrece, con sus museos, filmoteca y universidad.
Cada año, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) organiza cursos de verano por los que pasan cineastas, fotógrafos, políticos, profesores y muchos alumnos extranjeros (fue, de hecho, una de las pioneras en ofrecer cursos de español para ellos, ya a principios de siglo XX). Este año, entre las actividades programadas se encuentra una exposición sobre la obra literaria de José Luis Sampedro, ciclos de música antigua en iglesias y las actuaciones de la Compañía Nacional de Danza (5 de julio) y la bailaora María Pagés (30 de agosto), además de otras conferencias gratuitas, veladas poéticas y master-class.
El 66 Festival Internacional de Santander (5-31 agosto) que tiene lugar en el Palacio de Festivales ofrece también este año un programa de conciertos de alta calidad, con orquestas como la Royal Philharmonic Orchestra, la Academy of Ancient Music, el Cuarteto Casals y la danza de la compañía de ballet de Víctor Ullate, entre otras.
A quien le interesen más los museos, el Museo de Arqueología (MUPAC) es, junto con el Arqueológico Nacional de Madrid, el más importante en arte mueble prehistórico de la península (¡y no se pierdan las estelas cántabras de dos metros de diámetro!). El de Bellas Artes, cerrado por reforma, cede el protagonismo al nuevo Centro Botín, diseñado por Renzo Piano e inaugurado recientemente en la principal zona de la ciudad. Allí, al ritmo de sesiones de dj los sábados noche, pueden visitarse varias exposiciones, una sobre los dibujos de Goya, otra sobre las nuevas adquisiciones de arte de la Fundación Santander y una retrospectiva del belga Carsten Höller, aunque solo ya la subida a las azoteas de este edificio singular merece la pena.
Quien opte por Bilbao, a una hora de camino de allí, se encontrará en estos días con su Semana Grande (Bilboko Aste Nagusia 2017), tras la de San Sebastián y Vitoria: fiesta, cante, baile, txupitos y la exposición estrella del verano, la de la colección Alicia Koplowitz en el Museo de Bellas Artes, que estará expuesta hasta el 23 de octubre de 2017, tras su paso en los meses anteriores por el Museo Jacquemart-André de París (puede ver aquí un vídeo). No hay duda de que el dinero permite comprar la felicidad o, cuando no, obras de arte bellas e importantes, porque en las noventa obras seleccionadas se encuentran cabezas de Afrodita helenísticas, un par de Goyas, dos Picassos, otro par de Guardis y Canalettos, un Gauguin, un Van Gogh, un Rothko, un tríptico de Bacon, dos Antonio López, Juan Muñoz, Barceló, Ai Weiwei, etc.; sin discusión, una selección extraordinaria.
Y además de esto están las obras de la colección permanente del museo, también importantes, más la proyección de videoarte de Beatriz Caravaggio sobre la obra musical de Steve Reich (Different trains, 1988), en el agradable entorno del parque de doña Casilda de Iturrizar y el palacio Euskalduna (la zona ultramoderna de Bilbao comprendida entre el estadio de San Mamés-Escuela de Ingeniería de la UPV/EHU y el museo Guggenheim).
Sin duda, un recorrido interesante para pasar unos días por el norte en este final de verano.