Decir que David Bowie es un referente y uno de los músicos más importantes del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI es una obviedad. Pero, ¿en qué aspectos ha marcado tendencia este icono de la música? El arte y la música son los dos sectores en los que Bowie ha creado una definición propia que muchos han copiado con esmero pero sin igualar al maestro.
Si paseamos por sus 26 discos de estudio, que han tocado una amplísima variedad de géneros y estilos, descubrimos que han servido de inspiración para artistas como Kurt Cobain, Ian Curtis, Iggy Pop y Robert Smith, entre otros. Se puede afirmar que Bowie es la piedra preciosa que ha marcado un antes y un después en la evolución de la música y de las artes visuales contemporáneas. Sin embargo, es su música la que ha creado un mito porque es una miscelánea de géneros artísticos que no ha provocado una vaga unión ornamental sino un núcleo de unión brillante.
El principal rasgo de la música de David Bowie es la gran diversidad de influencias de las que se alimenta. La literatura de Oscar Wilde, el estilo Dadá y el surrealismo, o la electrónica de Kraftwerk le han hecho ser conocido como el Camaleón. Gracias a estos ingredientes, el compositor ha creado diferentes transiciones sonoras distintas con discos como The Man Who Sold The World en 1970 marcado por el glam de los setenta; el soul y el krautrock de 1976 con Station to Station; o el new wave y la música disco de comienzos de los ochenta con su Scary Monsters de 1980.
Quizá lo más sorprendente del músico es su eclecticismo estético que ha acompañado cada uno de sus nuevos álbumes y ha marcado tendencia en el mundo de la moda. La conocida imagen de Bowie con el rayo rojo y azul que atraviesa su ojo derecho fue una de las señas de identidad del cantante, la cual fue copiada sin piedad por la revista Vogue para adornar a las mujeres de sus portadas. Su estilo iconoclasta y su sentido innovador con la moda le llevaron a ser un referente estético dentro del mundo de la música rock. Por éste motivo el mundo rockero no tardaría demasiado en apropiarse del maquillaje y la androginia para hacerlas características dominantes de su género.
Intentar enclaustrar a Bowie dentro de una categoría resulta una tarea imposible debido a su mezcla infinita de sonidos y estilos, unida a la gran capacidad de él mismo en lo que a la asunción de personajes se refiere. El músico siempre ha asumido la tarea de disolver su personalidad creando diferentes personajes o alter egos con características muy marcadas como el maquillaje extravagante o la ambigüedad sexual.
Su música, su imagen, sus roles y todo lo que flota a su alrededor le han dado las claves para crear un artista innovador y transgresor que nunca deja de sorprender al público y a la crítica. Tras casi medio siglo de trayectoria ha conseguido ser una icono cultural que sigue influyendo en sectores como la moda, el cine y por supuesto la música; detalle por el que muchos serían capaces hasta de vender su alma al diablo.