A día de hoy es difícil encontrar a alguien que no haya entrado en contacto con el mundo de los videojuegos. Todos, en mayor o menor medida, nos hemos involucrado en algún momento de nuestras vidas con algún juego, ya sea desde los tiempos de antaño con las máquinas recreativas o actualmente con el típico juego de puzles para móvil. Los que ya tenemos una edad hemos podido disfrutar de primera mano de todo el proceso de evolución de esta cada vez más amplia industria. Bajo mi punto de vista, recuerdo haber comenzado en este mundillo con la mítica consola Master System de Sega, pasando muchas tardes con mis primos jugando a auténticas reliquias como Sonic The Hedgehog, Double Dragon, Golden Axe o Altered Beast. Echando una mirada al pasado, uno no puede evitar sentir cierta nostalgia por esa época, en la que importaba más la jugabilidad y dificultad para superar el juego que su trama o los gráficos en sí. A día de hoy aún hay juegos de la época en la que, ni a través de emuladores, en los que te permiten grabar la partida en cualquier momento del juego, evitando así tener que empezar de nuevo desde el principio si te mataban, he logrado completar, contrastando totalmente a los juegos de ahora, en los que, salvo excepciones, la dificultad suele brillar por su ausencia, centrándose más en la trama, cada vez más y más elaborada, disfrutando de auténticas maravillas cinematográficas, metiéndote de lleno en la acción.
Sin embargo, el origen del mundo de los videojuegos viene de mucho más atrás, más allá incluso de mi época Sega. Así nos lo muestra Steven L. Kent en su libro La Gran Historia de los Videojuegos, editado por Ediciones B a través de su colección Nova, en el que recopila buena parte de la historia de este amplio mundo, desde sus primerísimos orígenes con las máquinas de pinball, allá por los años 30, hasta principios del 2000, con los lanzamientos de PlayStation 2, Xbox y GameCube. Y esa es precisamente una de las principales pegas de este libro, el haber sido publicado en nuestro país quince años después de su lanzamiento en EEUU, pudiendo haberlo disfrutado bastante tiempo antes. Además, tiene muy poco material fotográfico, y en blanco y negro, haciendo que buena parte de las fotografías resulten muy incómodas de visualizar.
A pesar de estos inconvenientes, es innegable el excelente trabajo que ha realizado Kent con este libro. A través de sus 610 páginas podemos apreciar sus conocimientos sobre el mundo de los videojuegos, siendo gran fan desde la aparición de Pong, considerado erróneamente como el primer videojuego, algo que el autor nos revela en este libro. Aun siendo un libro tan gordo, su lectura no se hace en absoluto pesada, pues Kent sabe cómo amenizarlo a través de los fragmentos de las más de 500 entrevistas que ha ido realizando a grandes empresarios de las principales industrias de los videojuegos, así como la inclusión de múltiples anécdotas que te harán sacar una carcajada en más de una ocasión. Así, tenemos entrevistas a gente de la talla de Al Alcorn, el ingeniero que desarrolló la primera máquina de Pong, Nolan Bushnell, fundador de la compañía Atari, Steve Wozniak, cofundador de Apple Computers, Shigeru Miyamoto, creador de los más que míticos Donkey Kong, Super Mario y The Legend of Zelda, o Yuji Naka, creador de mi querido Sonic The Hedgehog, entre muchos otros.
El origen de Atari, la época dorada de las máquinas recreativas, la curiosa creación de Pac-Man, el nacimiento de Donkey Kong (una de mis partes favoritas), la rivalidad entre Sega y Nintendo por sacar la mejor consola del mercado, cómo surgieron los ya más que conocidos easter eggs (huevos de pascua) en los videojuegos… Todo esto y muchísimo más es lo que podremos encontrar en La Gran Historia de los Videojuegos, el libro perfecto para los amantes de esta gran industria, tanto para los más nostálgicos como para los jugadores más noveles que sientan curiosidad por saber cómo surgió todo este imperio.