Mónica Vázquez, de la mano de Suma de letras, nos presenta su primera novela El arte de romperlo todo, con la que da el pistoletazo de salida a un nuevo capítulo de su vida. Este libro, en palabras de la autora, es una “histriónica historia de amor y desamor sobre la música y la vida”. La industria musical se yergue como marco de esta obra, en el cual, se desarrollará un interesante crecimiento personal de la protagonista, que tendrá como telón de fondo una pequeña librería de un lugar de Escocia.
El arte de romperlo todo narra la historia de Miranda, una joven que, debido a las circunstancias, se encuentra en un estado de hibernación sentimental (extensible a todos los ámbitos que abarca la palabra): el mundo de la música es una selva y sus productores unos carroñeros que se han quedado con su talento y con la confianza en sí misma. Acorralada y asfixiada, huirá de esa vorágine que ha terminado con su pasión por la música, su amor propio y el disfrute que le da las experiencias de la vida. Así pues, en Edimburgo, como destino de este viaje inesperado, comenzará el encuentro casual consigo misma y con lo bueno que le ofrece el mundo.
En los primeros capítulos de la novela nos encontramos con un vaivén de líneas temporales, flashbaks, y la narración del presente. Esto hace que la atención del lector merme, por lo que la lectura de los primeros capítulos es algo lenta. No obstante, tanto la historia de la novela, como la construcción del personaje protagonista —extrovertida, alocada y con una verborrea que dará lugar a las situaciones más irreverentes de la novela— crean una adicción lectora, bien, por ver lo bajo que puede llegar la vida de Miranda, bien, por saber cómo terminará su odisea en el mundo de la música. El arte de romperlo todo es una novela hija de su tiempo, en la cual podemos encontrar un lenguaje con referencias de la década como las de Netflix o Harry Potter, y un vocabulario y una sintaxis sencilla y directa.
Una novela entretenida y desenfadada, que esconde un potencial como escritora que brilla con fuerza en momentos concretos de la novela. El arte de romperlo todo de Mónica Vázquez (@electricnana) refleja lo cruel que puede ser el mundo musical, y la disposición de una persona inocente a darlo todo por cumplir su sueños. Como «no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante», Miranda conseguirá despertarse de su letargo, encontrando, por el camino, la esperanza y el amor perdido.