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‘Palabra de reina’: la novela histórica de Gema Bonnín

Cubierta del libro Palabra de reina de Gema Bonnín. Esta es una fotografía que emula una Catalina de Aragón de espaldas mirando por una venta a un jardín. Da la sensación de que es el punto álgido del día y que ya comienza la decaída del día por la luz que entra

Gema Bonnín nos presenta, de la mano de Ediciones B, su novela de ficción histórica: Palabra de reina. La literatura posee una serie de mecanismos creativos, unas herramientas poéticas que permiten al escritor viajar por el tiempo, investigar el pasado, posar una mirada para, tras un escrutinio pausado, construir un relato personal para trasmitir al lector su exégesis. La magia de adentrarse en la semblanza de un personaje de la talla de un monarca incide en el placer de navegar entre la realidad, el mito y la huella que nos han dejado. Este libro posee este encanto.

Catalina de Aragón fue mujer, esposa, madre, amiga y cristiana, además de reina. Estas facetas son tan importantes como su papel al lado de Enrique VIII, pues son necesarias para comprender al personaje histórico. No hay que olvidar que el deber de la monarca era dar a luz a un heredero al trono, velar por el pueblo inglés, ser el apoyo del rey cuando este lo necesitara. Para ello debía gozar de un círculo privado y de confianza, y una fe inquebrantable que le ayudara a sostener los menesteres del alma. Palabra de reina se configura como la invitación de Bonnín a adentrarnos en la vida de Catalina de Aragón desde un punto de vista íntimo y privilegiado, pues lo narra la reina en primera persona. Ello nos permite perdernos en la subjetividad, en las emociones y en una cotidianeidad exacta, lo cual crea la ilusión de que el lector se alce como el confidente indefinido de la propia Catalina.

Todo esto se muestra a lo largo de Palabra de reina recurriendo a una construcción similar a unas memorias, divididas por años señalados por importantes acontecimientos en algunos de estos ámbitos tan íntimos como públicos, formulado como un recurso literario. El rigor histórico de Palabra de reina, por lo tanto,queda patente en su configuración: a través de un mapa de acontecimientos claves en la vida de Inglaterra —que pasa por el eje central que es Catalina— Bonnín entreteje con el hilo de la ficción un relato verosímil que comienza in extrema res. De este modo, somos testigos del cénit y el nadir de la monarca de Inglaterra, es decir, de sus años tras el fallecimiento de su marido Arturo hasta su ostracismo y reclusión en el castillo de Kimbolton — donde fue sometida a las mayores privaciones—.

En resumen, estas decisiones creativas demuestran la habilidad y la calidad literaria de Gema Bonnín. A través de su conocimiento trabajado durante años, nos relata con una precisión léxica la historia de una persona de carne  y hueso que traspasa la distancia de lo académico para configurarse como un personaje con dudas, con amplias reflexiones, opiniones firmes y unos valores que en muchos círculos de la nobleza se desestimaban con el soplo de la brisa. Para mí, esta lectura ha supuesto tanto un descubrimiento del propio personaje de Catalina como un viaje por un relato mimado que invita a perderse en la reflexiones, a curiosear por la Historia y a perderse por las líneas de esta novela. Por ello, te la recomiendo encarecidamente.

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