La cuarta edición de Tu cara me suena echa el cierre con cuotas que baten records, con un nivel de imitaciones digno del mejor programa de EEUU y un puñado de sorpresas que hicieron y harán la delicia a los seguidores del concurso de Antena 3.
Petándolo, huelleros, así es como va Tu cara me suena por la tele, petándolo. Hacía tiempo que Antena 3 no paladeaba las mieles del éxito, y más aún un viernes por la noche frente al todopoderoso Sálvame Deluxe, al que está haciendo pupita. Se dice, se comenta, que sus responsables, los del Deluxe, están sufriendo verdaderos quebraderos de cabeza para contraprogramar al que se ha convertido, por méritos propios, en el niño mimado de la cadena de San Sebastián de los Reyes. Pena que su cuarta entrega haya llegado a su fin, o no.
Este Tu cara me suena, máxime en sus galas finales en directo, ha sido un gustazo. Desde ver a Ruth Lorenzo colgada de telas cantando por Pink, a disfrutar de caracterizaciones como la de Ana Morgade de Nicki Minaj, el humor socarrón de Silvia Abril o el torrente de voz de Falete, por ejemplo, imitando a Pavarotti. Un espectáculo puro, del que no se hace últimamente en televisión. Y es que desterrando las valoraciones semanales del jurado, sobreactuadas y algunas veces esperpénticas, el espacio derrocha buen rollo y rezuma un trabajo ímprobo por parte de los responsables que lo llevan a cabo.
El pasado viernes, día de la final, los cinco finalistas dieron su mejor cara para que les sonara la flauta. La primera en subirse al escenario fue Ana Morgade, que durante toda la edición ha ido de menos a más, hasta esta última gala, donde se marcó una psicodélica pero sosa actuación de Deee-Lite, poco propia de una final. Tras ella actuó Adrián Rodríguez, que eligió para su despedida lo fácil y populista: Corazón latino de Bisbal. Fuera de tono, sin llegar ni con falsete y con una caracterización que más que parecerse al almeriense se asemejaba a la górgona Medusa con conjuntivitis (de lo que parpadeaba), el benjamín del grupo se apeó, ¡y de qué manera!, del carro de posibles ganadores.
A partir de ahí, la cosa fue a más. Edu Soto fue el siguiente en dar el callo. El cómico se marcó otra de sus actuaciones clásicas, pero potentes. Casi le hemos visto más en blanco y negro que en color, reviviendo a míticos como Camilo Sesto, Machín o Raphael. Una vez más clavó la imitación, esta vez, de Luis Mariano y su Bésame. A continuación apareció Pablo Puyol con, para mí, un temazo de los padre y muy señor mío: Delilah de Tom Jones, canción con una letra, como bien apuntaron en el programa, cuando menos, potente. Pablo la defendió, pero no brilló; no así Ruth Lorenzo…
Nuestra representante eurovisiva más internacional se metió en la piel de Jenifer Hudson con una canción negra en alma, corazón y voz. Con una desgarradora interpretación de un soberbio tema culminó un paso por el concurso merecedor del título que a la postre conseguiría esa misma noche. Ruth se sabe solvente, capaz y jodidamente buena, no hace falta que los miembros del jurado le regalen el oído con halagos; desde el principio, y quitando puntuales excepciones, se ha marcado los números más brillantes y espectaculares del programa, y eso te da seguridad y empuje.
Si obviamos la actuación de la murciana, la primera sorpresa de la noche llegaría con el siempre bienvenido Arturo Valls. Ni Britney, ni Miley Cyrus, esta vez se metió en la piel de Aless Gibaja (¡Hola, Bebéeees!). Pelazo, selfie, más globos que en la fiesta de la hija de Ana Mato y bien de frontón para clavar su canción del verano. Arturo debería tener un espacio semanal en este concurso.
Después comenzaron las exhibiciones de los que no consiguieron llegar a la final. Silvia Abril vino como Shakira, no fue su mejor actuación, la verdad, pero Silvia siempre consigue sacarte una sonrisa, aunque sea a tartazo limpio contra Carlos Latre. Falete, de Rocío Jurado, aunque más parecía la hermana mayor de Mayra Gómez Kemp, se recreó y se gustó, y arrasó Como una ola; siempre es mejor ver al artista lanzándose a la piscina de las imitaciones que no a la de Splash. Otra de las sorpresas de la noche aterrizó junto a la actuación de Vicky Larraz como Natalie Cole, ya que no vino sola, sino arropada por su padre Nat King Cole, es decir, Santiago Segura. Se marcaron un número muy bonito aunque desangelado en algunos compases.
Para cerrar la cuadra, digo, la tanda, el Sevilla se adelantó a Carnaval y esta vez se vistió de Tamara, o Ámbar, o Yurena. Porque seamos sinceros, el Sevilla no ha imitado, se ha limitado a vestirse de gente, salir al escenario y rellenar, tiempo de programa, quiero decir.
Eliminados de la lucha Morgade y Rodríguez, en el tramo final de la gala el cobre ya sólo se lo batían Lorenzo, Puyol y Soto. Y así, por méritos propios, la ganadora indiscutible de la noche y la edición fue Ruth, quien repartió el premio con las ONG´s de sus compañeros y se emocionó al pensar que la que, hasta el momento, ha sido la mejor entrega de Tu cara me suena tocaba a su fin.
O no. Porque durante toda la gala Manel Fuentes estuvo anunciando que la semana que viene habría una gala especial donde se decidiría el primer concursante de Tu cara me suena 5. Entre los candidatos encontramos a Lluvia Rojo, actriz de Cuéntame; David Fernández, el famoso Chikilicuatre; Juanra Bonet; Jadel, ganador de El número uno; David Guapo; Guillermo Martín, extriunfito; Lorena, extriunfita; Lorena Castell (sí, esa misma); Tamara, la buena; y Millán Salcedo, al cual ya podéis ir votando desde ya, pues estoy deseando verle imitar por enésima vez a Massiel, jate tú.
PD: mi reflexión final de telespectador de hoy es: “¿A Shaila Dúrcal le pagan por ir a figurar o es que estaba interpretando la obra de El convidado de piedra? Porque si exceptuamos la actuación en la que interpretó a su padre, no abrió el pico en toda la noche.”
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