Si hablamos de novela negra, Millennium es probablemente la saga sueca más famosa de las últimas décadas. A pesar del fallecimiento en 2004 de su autor, Stieg Larsson, la trilogía logró un éxito arrollador, lo que desencadenó en innumerables ventas, traducciones a diversas lenguas y, posteriormente, adaptaciones a la gran pantalla. En 2008, Destino publicó los dos primeros títulos en nuestro país: Los hombres que no amaban a las mujeres y La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y en 2009 salió a la venta La reina en el palacio de las corrientes de aire. En 2015 y de la mano de David Lagercrantz, esta saga regresa con Lo que no te mata te hace más fuerte.
El punto fuerte de Millennium radica en sus dos protagonistas: personajes carismáticos, bien definidos y opuestos que debían intentar entenderse y ayudarse mutuamente para resolver los casos. Es indiscutible que, entre los dos, Lisbeth Salander brillaba con luz propia, convirtiéndose en el alma de la trilogía. Esa joven pequeña y esquelética, vestida de negro, repleta de tatuajes, con un cerebro prodigioso y un pasado oscuro nos robó el corazón a los lectores de medio mundo. Ahora vuelve con más fuerza que nunca y tan reconocible (a pesar de mover sus cuerdas una mano distinta) como siempre.
David Lagercrantz retoma los frentes abiertos que dejó Larsson en sus últimas obras para construir una novela apasionante. Este autor rescata a los personajes que transitaban por la trilogía e incorpora otros nuevos (algunos con gran acierto como el del joven August Balder); de igual manera, recapitula todo lo ocurrido anteriormente, al igual que lo hizo Larsson en La reina en el palacio de las corrientes de aire, pero de forma más concisa, ágil y breve que la de su antecesor.
Lo que no te mata te hace más fuerte nos trae de nuevo el periodismo frenético de Mikael Blomkvist, la tecnología y la inteligencia de Lisbeth Salander y un equipo de policías que intentan resolver un crimen. A simple vista, parece tremendamente complejo escribir una obra a la altura de la trilogía, conservando su esencia, imitar la narrativa de uno de los escritores suecos más querido y alabado por sus lectores, y dar vida a unos personajes que no has creado; sin embargo, el resultado no defrauda: el mejor Millennium se encuentra en este cuarto volumen y debemos reconocer el magnífico sucesor que es el periodista Lagercrantz.
Si habéis disfrutado con Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y La reina en el palacio de las corrientes de aire, no dejéis escapar Lo que no te mata te hace más fuerte. ¡Larga vida a Millennium!