Ex corresponsal en Valencia de Gaceta Médica y El Global, del periódico Latino y del diario Público, hoy Toni Martínez es redactor del diario La Marea, una publicación que surge tras el cierre del diario Público y que, como explican en su página web, tiene el objetivo de hacer un “periodismo riguroso y comprometido”. En La Huella Digital hemos hablado con él sobre el panorama periodístico y la situación actual de los profesionales de la información en el entorno del periodismo digital y la crisis económica.
Pregunta: ¿Cómo surge La Marea y qué objetivos tiene esta publicación?
Respuesta: Público cerró en 2012 y de ahí nació la idea de crear una cooperativa de socios que es el nacimiento de MasPúblico y de La Marea. Empezamos con un pequeño blog y comenzaron a llegar socios. Luego creamos la página web y la publicación mensual. Nuestro objetivo principal es seguir creciendo y apostar por las suscripciones. La publicidad tiene un peso prácticamente nulo, no llega ni al 5%. Yo he venido de otros medios en los que la publicidad condicionaba totalmente, donde no podías criticar o debías hablar bien del político de turno. Esto pasa porque hay una publicidad institucional y si no hablas bien de ese político te quedas sin ella. Tu forma de rechazar eso es no firmar. Aquí no tenemos ese problema, todos escribimos con libertad absoluta.
P.: ¿Qué diferencia tiene trabajar en un medio que no está respaldado por un gran grupo de comunicación en comparación con otro que sí lo está?
R.: Hay diferencias a nivel periodístico y a nivel organizativo o de empresa. A nivel periodístico, no trabajar para un gran grupo, supone libertad absoluta, lo único que coarta nuestra libertad es la verdad y el interés. Por otro lado, a nosotros nos gusta decir que somos muy horizontales, de igual a igual, decidimos entre todos las noticias. En otros medios, las órdenes van de arriba a abajo. Además, en La Marea los socios que han puesto dinero lo han hecho para que hagamos periodismo, no para ganar dinero o para que hablemos bien de ellos. Desde el primer día los socios nos dijeron que lo único que no querían es que la publicidad condicionara nuestro trabajo, ni la publicidad, ni intereses políticos.
P.: ¿Cree que desde la calle se está demandado un periodismo más comprometido?
R.: Sí, el lector lo pide y exige, hace cinco años eso no pasaba. También influyen mucho las redes sociales, el tema del 15M… La gente ha adquirido una capacidad crítica y no se traga cualquier cosa. Los medios de comunicación que se hacían hace 15 años no serían posibles hoy. Pero además de pedir ese periodismo, hace falta que la gente aporte. Es decir, si queremos medios de comunicación libres hay que pagarlos. No sé si suena capitalista, espero que no. Los medios los hacen personas que tienen que comer y llegar a fin de mes. ¿Estamos dispuestos a tener medios libres? Con un me gusta no es suficiente. Afortunadamente, creo que la gente lo está haciendo y lo va a hacer más.
P.: En este sentido, hay quienes hablan de “periodismo ciudadano” o “periodismo sin periodistas”. Cree que eso es factible o, ¿siguen haciendo falta profesionales?
R.: Yo creo que seguimos haciendo falta. A mí las redes sociales me gustan mucho, creo que son una herramienta para el periodista, pero no creo que deban ser una fuente directa de información, de hecho creo que son fuentes de desinformación. También hay que exigir unos mínimos de calidad, no creo que cualquiera con un “Ipad” pueda ser periodista. Esto queda muy mal cuando lo digo, pero considero que hay que pedir un mínimo. Creo que al final va a haber tanta información, que ya la hay, que la gente va a pedir a los periodistas de los que se fíe que les cuente las cosas. Bajo mi punto de vista, seguimos haciendo falta, tanto por el bien nuestro como por el de la información.
P.: Internet está cambiado la forma de ejercer Periodismo. ¿Puede llegar a desaparecer la prensa en papel?
R.: La ventaja de internet es que proporciona aplicaciones que permiten incluir vídeos y enlaces, y eso no lo permite el papel. Aun así, confío en que no desaparezca, creo que por lo menos a los de mi generación, los que nacimos en los 70, nos costará dejar de lado el papel, ¡hay reportajes que no soy capaz de leer en la pantalla! Supongo que también tiene mucho de culto, de fetichismo.
P.: Internet también está haciendo que la imagen adquiera aún más peso e importancia. ¿Puede afectar esto a nuestra capacidad de concentración?
R.: Sí, supongo que es copia del gran gurú que es la televisión, parece que lo que no tiene imagen no existe. Eso es un peligro para mí: el consumo rápido. En Twitter ocurre algo muy curioso: pones un artículo y a los diez segundos te “retwittean”, en ese momento pienso: ¡no te lo has podido leer! ¡Igual he puesto cualquier barbaridad! Parece que nos basta con leer titular y entradilla. Como lector me da un poco de pena.
P.: ¿Cómo cree que está afectando la crisis al panorama periodístico?
R.: Afecta muchísimo, cada vez hay menos cabeceras. Pero ya no sé a quién echarle la culpa, a la crisis, a la falta de lectores, a la caída de la publicidad o a nosotros mismos, los periodistas, que nos hemos dejado engañar y hemos pasado por el aro. Es como el caso de Canal Nou, cierra, y, ¿de quien es la culpa? ¿Del gobierno que lo cierra?, ¿de la sociedad valenciana que dio la espalda a la televisión?, ¿o de ti mismo, que hiciste un producto que hizo que la sociedad te diese la espalda? Pero también hay cosas buenas, Público cerró y de ahí han salido un montón de nuevos proyectos. Además hay un campo que está por explotar, los medios locales. Con el caso de Burgos, costaba mucho encontrar información de todo lo que paso. Está Diario de Burgos, pero está vinculado de alguna forma a la persona que iba a hacer las obras, entonces, ¿cómo buscas información de Burgos? Yo creo que la información local o barrial podría tener alguna salida.
P.: En ese caso, ¿podemos afirmar que todavía es posible vivir del Periodismo?
R.: Yo creo que sí, ¡yo estoy viviendo de él! No sé si se puede aspirar a tener un gran sueldo, pero eso va mucho con las aspiraciones personales de cada cual. Yo prefiero ser feliz y cobrar poco a no ser tan feliz, cobrar 10.000 euros y tener que reunirme con el político que te va a decir lo que tienes que sacar en tu portada. Creo que todos los proyectos nuevos que han salido están haciendo un buen periodismo y cada uno va encontrando su espacio.
Fotografía: La Marea/Toni Martínez (redes sociales)