Desde el 18 de noviembre de 2014 hasta el pasado día 12 de abril de 2015, se ha celebrado en el Centro Cultural de la Villa «Fernán Gómez» de Madrid la exposición «A su imagen: arte, cultura, religión» (http://www.asuimagen.es/), consistente en una selección de pinturas, esculturas, tapices y piezas de orfebrería relativas al arte sacro realizadas entre los siglos x y xx procedentes de diferentes puntos de España.
Entre el centenar de piezas expuestas se encontraban obras de primera categoría, como una Biblia impresa por Gutenberg procedente de la Biblioteca Pública del Estado de Burgos, un tapiz flamenco traído del museo diocesano de Tarragona y otro de manufactura gobelina, un díptico con los evangelistas de Berruguete, varias esculturas de Gregorio Fernández, la expulsión de los mercaderes pintada por el Greco y hoy conservada en la iglesia de San Ginés de Madrid, una Virgen niña de Zurbarán, un Murillo, dos Goyas, un Tintoretto, un Cranach, el tríptico de la Anunciación de Joos van Cleve procedente de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, el tríptico del Maestro de Fráncfort del Museo Nacional de Arte de Cataluña, etcétera.
Se trata de nombres de primera fila, pero la amplitud cronológica de las piezas hará pensar sin duda en una mezcolanza de estilos y de épocas, pues mientras en una sala podía observarse una pintura de una iglesia románica, en otras se presentaban retablos renacentistas y al final de la exposición la «Procesión de la muerte» (1930) de Gutiérrez Solana. ¿Cuál era entonces el hilo conductor de todas ellas? La temática común: la pervivencia en las diferentes épocas de la cultura occidental de ciertos pasajes narrados en la Biblia y la reinterpretación por los artistas de diferentes épocas de algunos aspectos de la historia de la Iglesia.
No es la primera exposición de este tipo promovida por la Iglesia: el referente más patente son las diferentes ediciones de las «Edades del hombre» promovidas por su Fundación realizadas en diferentes ciudades de España (la del año 2015, centrada en la conmemoración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, se inauguró el pasado 23 de marzo y estará abierta hasta el 10 de noviembre en diferentes sedes de la ciudad de Ávila y de Alba de Tormes). Las Edades, sin embargo, tienen como punto distintivo realizarse en catedrales o iglesias de Castilla y León, fundamentalmente, como lugares expositivos, mientras que esta de Madrid se ha realizado en un espacio no sacro, la sala de exposiciones del Centro Colón, lo que sugiere que quizá debamos ver las piezas en un contexto más artístico que religioso.
El itinerario propuesto, sin embargo, enfatiza el sentido de «exposiciones-relato» que tiene también la de las Edades: el discurso bíblico se presenta así como el punto vertebrador. Se comienza en el Génesis, mostrado con un vídeo explicativo sobre el tapiz románico de la catedral de Gerona o a través de las cabezas de Adán y Eva de la catedral de Granada, y se prosigue luego con otros aspectos sobre el libro de los Jueces (con un Rubens sobre Sansón y el león de la Fundación Mir) y el calvario (con obras sobre la Santa Cena y la crucifixión) o la Patrística (con cuadros sobre padres y doctores de la Iglesia como el San Bernardo de Goya o el San Isidoro de Murillo que se conserva en la catedral de Sevilla), entre otras secciones.
He aquí precisamente uno de los mayores valores de la exposición: la posibilidad de ver en un mismo espacio obras traídas de diferentes lugares de España, ya sean colecciones públicas o privadas: Patrimonio Nacional, el Museo del Prado, el mencionado MNAC y el Museo de Bellas Artes de Valencia contribuyen con algunas obras, mientras que de catedrales e iglesias provienen otras muchas (de Sigüenza, Palencia, Valladolid, etc.), así como de fundaciones privadas como la Fundación BBVA, la Fundación Santander, el Fondo Cultural Villar Mir, la galería anticuaria Caylus o la Colección Granados de Madrid, entre otras.
Que estas obras se presenten descontextualizadas podría ser visto como una incongruencia, pues tanto los retablos como las esculturas o incluso ciertos cuadros fueron creados para un espacio específico con el que formaría totalidad; sin embargo, esta descontextualización también ocurre actualmente en todos los museos, donde cada pieza es tratada de forma aislada o dentro un recorrido temático o histórico (como «pintura flamenca», «pintura italiana», «pintura del siglo xix», etc.).
Cuestiones religiosas aparte, la visión de conjunto que ofreció la exposición fue sin duda relevante desde el punto de vista artístico, y mostró con claridad la importancia política y la labor de mecenazgo que ha tenido la Iglesia en España.
Dejando a un lado las afinidades o discrepancias ideológicas, fue una oportunidad de ver obras de arte importantes. Esta exposición destacable, en la línea de otras realizadas en el CentroCentro, potencia el panorama cultural en Madrid y sitúa al Centro Cultural de la Villa «Fernán Gómez» como otro de sus espacios de referencia en el eje Recoletos.
Imagen sacada de la página web de la exposición