La habitual ronda de agradecimientos no restó encanto a las palabras que, la noche del martes, flotaron en el Palacio Longoria de Madrid. Supongo que tienen razón, sería impensable acudir a una sala de la sede de la SGAE sin agradecer a quienes hacen posible la apuesta por la cultura -¡con la que está cayendo!-.
Y, pese a todo, se respiraba entusiasmo ante la 29 edición de un festival atípico, comprometido y crítico con la visión de la cultura de nuestro país. Objeto de una tesis doctoral que emociona a su director, Emiliano Allende, la Semana de Cine de Medina del Campo está más viva que nunca. La violencia de género o la desigualdad social de la mujer, los abusos de la Iglesia, la precariedad económica y las relaciones humanas tejen los múltiples guiones que palpitan detrás del festival. Historias que aguardan el 11 de marzo, fecha prevista para iniciar el visionado de las obras seleccionadas hasta el día 19, las cuales, si me lo permiten, contribuyen a la reflexión. O ese debería ser su cometido, a la espera de que alguien las rescate para nombrarlas -nombrar es el acto simbólico por excelencia- y darles sentido.
La muestra cinematográfica que se desarrolla desde hace más de veinte años en dicha localidad surgió como propuesta cultural de un ayuntamiento. Hoy es, sin embargo, una muestra importante a nivel nacional del talento de nuestros/as artistas, quienes luchan por la visibilidad y el reconocimiento que merecen sus trabajos. «Sentí emoción al ver el festival reflejado en una tesis doctoral. ¿Podrá, algún día, el arte en general y el cine en particular cambiar el mundo?», preguntó su director. ¿Y no lo hace ya? –apenas pude reprimir la respuesta de mi labios-.
La calidad de los trabajos a concurso resulta evidente por la trayectoria de algunos de sus creadores. Benito Zambrano (La voz dormida) o Juan Vicente Córdoba (Aunque tú no lo sepas) regresan al corto en la Sección Oficial con autores ya curtidos en el género, como Kepa Sojo y Pilar García Elegido. Un total de veintiocho títulos que han sido seleccionados entre 965 aspirantes, un dato realmente abrumador. A la Sección Oficial del Certamen Nacional se suma La otra mirada, un ciclo de dieciocho cintas no incluidas en la primera categoría, pero cuya calidad ha sido destacada por la organización.
Pero, ¿qué es la cultura? «Tenemos que perseguir el nivel cultural de la gente; su acceso a la cultura en las distintas formas. La Semana de Cine persigue que la ciudadanía tenga acceso a la cultura y sus creadores puedan crear en el territorio». Es otro de sus cometidos, el apoyo a la producción regional a través de la sección El Cine en Castilla y León, de la que hizo alarde Patricio Fernández.
La producción internacional la vemos reflejada en once títulos a competir por el galardón, sin perder de vista otras secciones no mencionadas (Videoclips, Fantasmedina). Una programación extensa capaz de llegar a todo su público, difícil no hacerlo en la inmensa variedad que presenta el festival medinense.
Entre títulos y secciones incapaces de retener, presto atención a lo vivido. Una pequeña y abarrotada sala del palacio modernista empezó a despertar casi al final del encuentro, tras escuchar a José Luis Cuerda (Amanece, que no es poco). Hay personas que transmiten desde la primera palabra, arrancando con ella la sonrisa de los presentes. “Pon la cámara donde mejor se vea lo que quieres ver”, fue el consejo que un manual le ofreció para hacer cine. A esta frase se sumaron otras anécdotas que el público, más entregado, agradeció. Admirador de los cortos, «el vehículo más sensato para llegar a hacer una película», Cuerda recibirá el Roel de Honor en la 29 Semana de Cine de Medina del Campo por su trayectoria cinematográfica.
El guionista y realizador albaceteño comparte mención de honor con Paula Ortiz (La Novia) quien, magistralmente, llevó a la gran pantalla la adaptación libre de Bodas de Sangre. La triunfadora en los Premios Feroz, nominada a mejor dirección por La Novia, ha recibido la mención de Directora del Siglo XXI. Su reparto, Inma Cuesta y Álex García, completan las distinciones de actriz y actor del Siglo XXI, en reconocimiento a dos prolíficas carreras en el mundo de la interpretación. Este año, además, el festival contará con padrino en lugar de madrina, siendo el actor Daniel Pérez Prada quien tome el relevo a otras madrinas del festival, como Teresa Hurtado de Ory o Guadalupe Lancho.
Las cintas Amanece que no es poco o La Novia serán proyectadas a lo largo del festival, que cuenta con siete ciclos de largometrajes para no dejar de soñar. Una cita maravillosa para apostar por el arte y la cultura de nuestro país, desde Medina del Campo o las calles de nuestros barrios -aunque la cita implique viajar hasta el corazón del festival, con un pasado arquitectónico todavía latente-.