Una ciudad inventada. Un universo que hermana a los superhéroes con los sueños tecnológicos de la robótica. En esa especie de metrópolis tiene cabida un atractivo relato partido en dos, comenzado por un invento de un robot asistente médico, culminando finalmente con la creación de un escuadrón preparado para mil batallas. Testigo de esta especie de pirueta argumental es su protagonista, Hiro Hamada, quien debe de comprender primero hasta qué punto le han trasformado los valores del sacrificio y la entrega de Baymax, una unidad médica al servicio del cuidado personal.
Para alcanzar una especie de ideal heroico, el escuadrón aventurero tiene que aprender que sus actos tienen verdadero sentido cuando todo aquello que les mueve sirva para mejorar las cosas. Es decir, saber distinguir la diferencia que existe entre la venganza y la justicia. Es ahí donde radica la utopía que nos quiere trasmitir esta cinta de animación.
Una propuesta estéticamente imponente se viene a construir a pesar del trasfondo dramático; suntuosas explosiones de colores en todas las secuencias de acción, los tonos cálidos que habitan los interiores del hogar, la pureza blanca que recubre a Baymax, la partitura electrónica, la velocidad con que se mueve el plano y con la que la historia nos impulsa a dejarnos una y otra vez golpear por sus pulsiones idealistas y combativas.
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Imágenes y tráiler: Walt Disney Studios España
