El inclasificable Servando Rocha ha tenido el arrojo de acudir a Oakland a conocer de primera mano a los East Bay Dragons. Allí ha hablado con el líder del club, Tobie Gene, y algunos otros miembros, y a raíz de su historia oculta de moteros negros nos ofrece de la mano de La Felguera El ejército negro: Un bestiario oculto de América, un excepcional relato en el que hábilmente hilvana la historia del club con la de los forajidos del Salvaje Oeste, con el asesinato de la Dalia Negra, el movimiento hippie, sectas apocalípticas, drogas o los Panteras Negras.
Siempre que piensas en un club de moteros californiano imaginas a los temibles Ángeles del Infierno sembrando el terror allá por donde pasan. Todos ellos son blancos, pues el club y banda de delincuentes no permite que los negros pertenezcan al club. Sonny Barger da una explicación bastante cínica sobre esto, en su línea habitual de contar sólo lo que no le va a dejar quedar mal. Pero como en casi todo en Estados Unidos, detrás de la historia de un grupo de blancos, hay una historia parecida de un grupo de negros. Éstos lo han tenido más complicado todo, incluso, cómo no, les ha sido más complicado reivindicarse como forajidos.
Los East Bay Dragons son un club de moteros de Oakland: comparten ciudad con el capítulo de los Ángeles del Infierno que fundó Ralph Sonny Barger. Comenzaron a rugir en los años 50 gracias a Tobie Gene Levingston, que aún hoy preside el club, y que es amigo personal de Barger. La estela de los Ángeles del Infierno es lo suficientemente tenebrosa (y blanca) como para eclipsar a este importante club de forajidos negros. El escritor nos ofrece un trabajo de investigación siempre interesante. Las vidas de los forajidos negros, vaqueros con historias paralelas a las de Billy el Niño, vidas sorprendentes y tremendas, de pistoleros que entraban en la cantina del pueblo a lomos del caballo y disparaban dentro, anuncian el sonido del motor de las Harley de los clubs del 1%. Los East Bay Dragons, a diferencia de los Ángeles del Infierno, no han pasado a ser meros delincuentes a lomos de una chopper. Entre ambos clubs no hay rencillas: se mantienen en Oakland sin llegar a las manos, en una tensa calma a la sombra de la extraña amistad entre Tobie Gene y Sonny Barger
Siempre que leo algún libro que trata algún aspecto de los años 60, tengo la sensación de que todo aquello no fue más que una explosión del consumo de drogas. Los East Bay Dragons estuvieron a punto de ser algo así como el Ejército Negro motorizado de los Panteras Negras, la organización política radical afroamericana. Huey P. Newton fue uno de sus fundadores, y la organización nació precisamente en Oakland. En el libro de Rocha podemos ver fotografías de los East Bay Dragons en reuniones de los Panteras Negras armados hasta los dientes, y Tobie habla sobre ello. Las drogas de los 60 dieron paso a drogas mucho más duras, y en ellas es donde acabó Newton, asesinado por un camello, convertido ya en una caricatura de sí mismo, en un zombie drogodependiente que añora su pasado. El propio Tobie Gene se lamenta del paso de las drogas duras por la banda. Los East Bay Dragons no han tenido negocios turbios como los Ángeles del Infierno (aunque sí armas y problemas con la ley), pero no pudieron evitar que la heroína o la cocaína se llevara a alguno de sus miembros. A pesar de las drogas, el club sigue vivo después de más de 50 años.
Un libro interesante, que gana enteros cuando olvida algunos tics posmodernos. Un pedazo de la Historia oscura de América, doblemente oculta por la condición forajida de sus protagonistas y por el hecho de ser negros. Un viaje fascinante.
Servando Rocha firmará ejemplares de El ejército negro. Un bestiario oculto de América este sábado, 30 de mayo, entre las 19 y las 21 horas, con motivo de la Feria del Libro de Madrid (caseta La Malatesta, número 88). Puedes ver el booktrailer del libro aquí.