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El espionaje estadounidense a través de Der Spiegel

La periodista Laura Poitras de la revista alemana estuvo en la reunión de Hong Kong y recibió una de las copias de los documentos que el ex analista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU. Edward Snowden entregó a los medios antes de huir a Moscú. Der Spiegel era, como ya ocurrió con Wikileaks, elegido por los filtradores para poner el foco del debate público en EE.UU.

NSA: National Security Agency. Wikimedia. Creative Commons.Un año. 2013. Un ex colaborador de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos. Edward Snowden. Una ciudad. Hong Kong. Tres medios. The Guardian, The New York Times y Der Spiegel. Una información. El espionaje de Estados Unidos a 122 líderes mundiales.

La revista alemana Der Spiegel no perdió el tiempo. A finales de 2013 publicó el primer artículo sobre el tema. En él daba las ideas generales. Los servicios secretos estadounidenses habían creado una base de datos especial. El objetivo era reunir la información acumulada de los diferentes jefes de Estado y de gobierno. Una información que obtenían vigilando tanto registros telefónicos como de internet. En cuanto al motivo del espionaje, era la mejor forma de obtener “informaciones” que “de otra forma son difícil de conseguir”. Así lo justificaba la propia NSA en uno de los documentos “estrictamente confidenciales”, citado por el medio alemán.

Junto con el primer artículo revelaba 12 nombres de la lista elaborada por el órgano estadounidense en 2009. Uno de ellos era el de la entonces primera ministra ucraniana, y actual líder opositora, Yulia Timeshenko. También Álvaro Uribe, Álvaro Colom y Alan García, ex presidentes de Colombia, Guatemala y Perú respectivamente. Pero entre todos ellos, Der Spiegel destacaba un nombre: Angela Merkel.

En artículos posteriores revelaba más detalles sobre el espionaje realizado a la canciller alemana. La NSA había interceptado millones de correos electrónicos y otras comunicaciones en Alemania. Del mismo modo, tuve pinchado durante años el teléfono móvil de Merkel. Una acusación que, según el medio alemán, posteriormente reconocía el director de la Agencia Nacional de Seguridad, aunque de forma implícita. Keith Alexander estaba en un encuentro con representantes alemanes. La senadora demócrata Dianne Feinstein le preguntó de forma directa sobre el asunto. Alexander respondió en tres palabras: “Ya no más”.

Der Spiegel. Wikimedia. Creative Commons.Los últimos datos sobre el espionaje a Merkel fueron publicados hace apenas unas semanas. La base de datos “Marina”, recogía metadatos sobre las llamadas. Dicho de otra forma, informaba sobre quién, cuándo, desde dónde y durante cuánto tiempo llamaba. En total, la NSA tenía más 300 informes de la mandataria alemana. Algo que, para Der Spiegel, “prueba que la canciller alemana fue un objeto oficial del espionaje estadounidense desde 2002”. Esta información puede ser clave en la decisión de la Fiscalía General alemana sobre la apertura de un proceso legal.

Felipe Calderón, ex presidente de México, fue otro de los grandes “targets” de la NSA. La unidad de Operaciones de Acceso a la Medida (TAO), explotó «un servidor de correos clave en el dominio de la presidencia mexicana». La Agencia estadounidense tuvo acceso a la cuenta de correo electrónico de Calderón. A este «proyecto» se sumó un segundo. Bajo el nombre «Whitetamale» (Tamal blanco) se «hackearon» las cuentas de los funcionarios de la Secretaría de Seguridad Nacional (SSP). «Esta operación permitió a la NSA no solo obtener información de los cárteles de la droga», señala Der Spiegel. Y es que el narcotráfico era la primera «preocupación» de la NSA. También «le dio acceso a los puntos de conversaciones diplomáticas». Así, «los políticos estadounidenses condujeron conversaciones exitosas en asuntos políticos y planearon inversiones internacionales. Todo ello en 2009, gracias a la ayuda de 260 reportes clasificados.

Estados Unidos llevó a cabo estas operaciones en ayuda de equipos de espionaje de la CIA y la NSA. Alrededores de ochenta en todo el mundo, según la revista alemana. Diecinueve de ellos en ciudades europeas. Madrid, París o Ginebra son sólo algunas.

Fotografía: Secreto. Pixabay. Creative Commons. Dominio Público.Ahora bien, los documentos de Snowden también pusieron al descubierto a los servicios secretos británicos. En la lista del «Government Communications Headquarters» (GCHQ) hay empresas francesas, ministerios alemanes y diversas organizaciones internacionales. Entre estas últimas, destacan UNICEF y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Pero también hay nombres propios. Uno de ellos español. Se trata del comisario europeo de Competencia Joaquín Almunia. Durante 2009, fecha de los informes, Almunia era el responsable de Asuntos Económicos y Monetarios. La lista, que incluye números telefónicos y correos electrónicos, procede de Bude. La localidad está ubicada en la región británica de Cornwall. Y precisamente es allí donde el GCQH y la NSA gestionan una serie de satélites al servicio de la inteligencia de ambos países. Al final todo vuelve al punto de origen: Estados Unidos.

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