Llega el mes de septiembre, terminan las vacaciones, empiezan los exámenes de recuperación, vuelta al trabajo, vuelta a la rutina, se termina el verano, el buen tiempo…. Vamos que todo son buenas noticias. Pues para compensar todas estas buenas noticias, no hay mejor lugar que una buena pantalla de cine para olvidar todos estos sin sabores. Si has tenido un verano demasiado divertido no habrás podido disfrutar de algunas joyas, por eso al igual que hicimos con las series, te recordamos algunos estrenos pasados que deberías haber visto. Como siempre en orden de preferencia de quien esto escribe y con algún «intruso» en la lista.
Mucho se ha hablado del descontento de los fans internautas por este reboot de la mítica saga ochentera protagonizada por Bill Muray, Dan Aykroyd y Sigourney Weaver. Improperios del tipo “que hacen mujeres cazando fantasmas” o “no son las originales” son utilizados en este divertimento veraniego que dejará buen sabor de boca tanto a los fans de las películas clásicas como a la nueva generación.
Los cazafantasmas es la única película de la que me sé diálogos enteros ya que marcó a una generación, en mi caso cuando la emitieron por TVE a finales de los 80, ya que al vivir en un pequeño pueblo de Cáceres la opción de ir al cine estaba completamente descartada. De hecho recuerdo conversaciones con mi amigo Nando sobre la posibilidad de abonarme al recién nacido Canal Plus cuando estrenasen la segunda parte, que vista ahora dejaba mucho que desear.
El revival de los 80 y 90 que vivimos, impulsado por todo los que crecimos en esos años, que en España sufrimos sobre todo en forma de libros, ha llegado también a los mandamases de Hollywood queriendo impulsar continuaciones de películas míticas de aquella época. Mientras se sigue rumoreando sobre continuaciones de Los Goonies o Gremlins la nueva versión de los Cazafantasmas ya está aquí y la verdad es que sorprende positivamente.
Los fans nostálgicos vamos a empezar a ver la película deseosos de que haya muchas referencias a las películas anteriores, pero tras la primera mitad del metraje, hasta la escena del concierto, descubriremos que no son necesarias ya que estas cazafantasmas tienen identidad y personalidad propia. La secuencia inicial previa a la melodía que todos conocemos es muy buena, mezclando con acierto lo nuevo con lo viejo, y ese terror inicial que también estaba en la primera secuencia de la primera cinta dirigida por Ivan Reitman.
A continuación una muy buena presentación de personajes, empezando en la universidad de Columbia, como no podía ser de otro modo, y con guiño al fallecido Harold Ramis. Sin darse cuenta el espectador empezará a soltar risas y carcajadas y ya estará inmerso en las desventuras de estas cuatro mujeres, a las que se le va la pinza con todo lo sobrenatural y con el cuerpazo de su ayudante al que da vida el buenorro Chris Hemsworth. Pocas veces le han sentado tan bien a alguien unos vaqueros y una camiseta blanca, luciendo sobremanera en los créditos finales. Por cierto hay varias escenas durante los créditos que hacen que termines contento.
Sorprenderá a los nostálgicos porque los guiños a las películas anteriores con los cameos incluidos de casi todo el reparto no son lo mejor de la película. Da pena decir que el de Bill Murray se lo podían haber ahorrado, ya que muestra una desidia y desgana importantes. Se reirán a carcajadas sobre todo antes de que llegue ese final sobrecargado de efectos especiales y sin mucho sentido, que ya hemos visto tantas veces donde da igual que sean extraterrestres, superheroes, robots gigántes, condiciones meteorológicas o dinosaurios.
Hubiese estado mucho mejor si hubiese sido una continuación de las anteriores pero nos conformamos con que Cazafantasmas nos haga reír aunque sea la mitad que sus predecesoras.
El puente de los espías
La mejor manera de disfrutar del cine es en pantalla grande, pero ya sea por falta de tiempo o por falta de presupuesto no siempre es posible. Afortunadamente ya no hay que esperar un año para poder rescatar las mejores historias que te perdiste en pantalla grande en la calidez de tu hogar. Las nuevas tecnologías nos traen a casa toda la calidad del cine en un tiempo record, como ocurre con el último y oscarizado trabajo de Steven Spielberg, El puente de los espías. Hemos podido disfrutar de la película en calidad HD, y ha sido una auténtica delicia. Lo primero que llama la atención es la cuidada presentación que te encuentras al abrir la aplicación, en mi caso fue Itunes, que coincidía que también era mi primera experiencia con el servicio de Apple. Una palabra lo define: alucinante. Es como si te hubieses comprado el DVD o bluray y tuvieses a tu disposición todos los contenidos de dicho formato. Una cuidadísima intro desde la que puedes acceder, además de a la película con todos los subtítulos e idiomas que se te puedan ocurrir, a magníficos contenidos adicionales, desde el típico making off a entrevistas con los actores o director. Todo eso que se echa de menos en muchos de los títulos actuales, que priman sobre todo la inmediatez a la calidad de ese contenido adicional que ayuda a que la experiencia de vivir la película sea mucho más completa.
En este caso viene muy bien porque todos los que vean las desventuras del abogado interpretado por Tom Hanks y su lucha por defender al espía ruso al que da vida Mark Rylance y que le valió un Oscar como Mejor Actor Secundario en la gala de este año, tendrán curiosidad por completar toda la información que se cuenta de soslayo en la película. La construcción del muro de Berlín, la caza de brujas o la guerra fría son temas apasionantes que el espectador querrá ampliar tras ver el cuidado trabajo que ha realizado Steven Spielberg al contar la historia. Una historia que, tristemente, parece que no ha pasado de moda y tenemos de actualidad, sobre todo la incomprensión de la sociedad ante los considerados diferentes, y el miedo irracional que genera el estado sobre la población, para su propio beneficio. Apasionante también la cuidada ambientación y espectacular la escena del avión con grandes efectos especiales.
Al ver El puente de los espías piensas que la historia se repite una vez más sin que podamos hacer nada para evitarlo.
Star Trek: Más Allá
La saga que reiventó J.J. Abrams de manera magistral antes de embarcarse en Star Wars tiene que volar sin él en esta tercera aventura de Kirk y Spock que pasa a manos de Justin Lin, experto en la saga A todo gas, en este Star Trek: Más allá. La verdad es que consigue ir más allá convirtiéndose en más entretenida que la segunda dirigida por el creador de Lost. Como dijo Mario Vaquerizo en el evento fan que presentó junto a su esposa Alaska, queda mucha “larga vida y prosperidad a Star Trek”.
Rizar el rizo como lo hizo Abrams en la primera película de este reboot, que luego resultaba ser una continuación por los dichosos azares de los saltos en el tiempo era complicado pero consiguió salir bastante airoso. Tanto que la oscuridad de la que quiso rodearse para la segunda parte no lo fue tanto y deslució bastante el conjunto, a pesar de contar con Benedict Cumberbatch en perpetuo estado de gracia. Por eso era necesario un cambio de aires y sorprendentemente Justin Lin recoge el testigo con aprobado.
El reparto ya está consolidado, los personajes son más o menos carismáticos y están bien dibujados por las películas precedentes. Incluso si no recuerdas mucho las dos anteriores no impide seguir la trama que tampoco es que sea demasiado compleja. Eso sí, si eres un verdadero trekkie disfrutarás como un enano con los homenajes al fallecido Leonard Nimoy y se escucharán aplausos en la sala con cierta imagen de la primera mítica tripulación de la nave Enterprise.
Si a todo esto lo acompañas con unos buenos efectos especiales, varias dosis de acción de la buena y una lucha final que no resulta aburrida aunque sí previsible, tenemos otro producto ideal para evitar los calores del verano metidos en una sala de cine.
Lo mejor son esas naves enemigas con un diseño espectacular que hacen de las batallas estelares un auténtico espectáculo, y esa base de la federación que recuerda a los sueños de Origen de Nolan por su maravilloso diseño, donde tiene lugar la mejor escena de la película con una intervención que provocará aplausos a los asistentes, una vez más. Lástima que la parte de enmedio sea un mero relleno para sumar un nuevo personaje a la tripulación y que la despedida del tristemente fallecido Anton Yelchin se reduzca a una mención en los créditos finales ya que su personaje pasa bastante desapercibido. Casi todos son meros acompañantes de capitán Kirk de Pine y el Spock de Quinto.
Aún así ya tiene asegurada su larga vida a la saga, ya que recupera el espíritu aventurero de las primeras películas. No sabemos si para la próxima recuperarán al viejo capitán Kirk, Willian Shatner, ahora que ya no pueden contar con Nimoy.
En la semana que Olivia de Havilland cumplió 100 años, una de las pocas estrellas del Hollywood clásico con vida, llegaron a nuestros cines un par de estrellas actuales de las que ya se lleva muchos años hablando y que sólo con su presencia hacen grande a una película que sin ellos sería menor. Si además la directora de Money Monster es Jodie Foster, que comparte sonidos fonéticos con el título de su película, las ganas de ver este experimento se multiplican.
La química que desprenden Julia Roberts y George Clooney es evidente, además de muy difícil de conseguir. De hecho fue una de las claves del éxito de las dos primeras partes de la saga de Ocean. Por eso había ganas de volverlos a ver juntos en pantalla, y aunque comparten escenas físicamente en Money Monster van a estar poco tiempo compartiendo plano.
Money Monster es el título del programa sobre inversiones bursatiles que presenta el personaje de Clooney como si de un Crónicas Marcianas o Buenafuente se tratase. Un descarado que no quiere estar sólo y que ve como su compañera de trabajo le va a abandonar después de muchos años juntos. En ese último programa juntos, será retenido por un joven golpeado por la crisis que está dispuesto a todo por conseguir justicia.
Argumento ya repetido varias veces en otros títulos mejor conseguidos pero en el que Clooney se mueve como pez en agua, demostrando su histrionismo, sus dotes de baile y su saber estar ante la cámara. Él es lo mejor de la película, saliendo en casi todos los planos, por lo que la trama que se cuece a su alrededor deja de resultar interesante a la media hora de película, quizás por su complejidad. Lo único que interesará al espectador es ver como su personaje consigue salir de semejante embrollo, en el que le ayudará vía pinganillo el personaje interpretado por Julia Roberts.
Los seriéfilos reconocerán entre los secundarios a Giancarlo Espósito que fuera dueño de los Pollos Hermanos en Breaking Bad, Cris Bauer el sheriff de True Blood y Dominic West policía protagonista de la mítica The Wire. Pero sin duda el mejor parado es el sex symbol británico Jack O’Connel que dando vida al secuestrador-terrorista consigue que tanto la ciudad de Nueva York como el espectador se encariñe y solidarice con él. Mención especial merece Caitrona Balfe que con su imponente físico ensalza las pocas escenas en las que aparece. Una lástima que el guión sea demasiado previsible y que Jodie Foster no haya sabido o querido ir más allá en la típica historia de buenos contra los malos de las grandes empresas.
Zipi y Zape y la Isla del Capitán
El mundo del tebeo tiene un filón poco aprovechado por el cine español, tan necesitado de éxitos de taquilla. Los pocos personajes que han dado el salto de la viñeta a la pantalla grande han tenido una suerte dispar. Los mejor parados fueron Mortadelo y Filemón en su primera aventura dirigida por Guillermo Fesser y Zipi y Zape a los que Oskar Santos convirtió en unos “Goonies” a la española. Tras el éxito de la primera entrega llega a los cines Zipi y Zape y la Isla Del Capitán.
La primera parte fue una auténtica sorpresa para un servidor que descubrí en una doble sesión en la primera Fiesta Del Cine, y se suponía que iba a ser un calentamiento antes de ver Las brujas de Zugarramurdi y me gustó bastante más que la película de Alex De La Iglesia. Por eso iba con las mismas expectativas con esta segunda parte, pero cumple el dicho de que segundas partes nunca fueron buenas.
Algo que me chocó de la primera parte es que resulta que los traviesos hermanos no eran gemelos, sino que estaban interpretados por dos actores distintos, cuando en el tebeo está claro que son igualitos uno en rubio y otro en monero. En esta cambian a los actores y vuelven a ser mellizos, como si en España no hubiese gemelos capaces de interpretarlos, se me vienen a la cabeza mis paisanos los hermanos Juan y Raúl Del Pozo que tantas travesuras hacían en la malograda Los misterios de Laura. Afortunadamente no es un problema ya que pasan bastante desapercibidos en la trama y el público al que va dirigido, los niños, no notará la diferencia.
Visualmente sigue manteniendo el nivel de la primera, con unos efectos especiales dignos de las superproducciones de Hollywood, salvo por el gorila, que se ve a la legua que es un hombre disfrazado. Pero argumentalmente pierde el toque de aventura que tenía su antecesora, a pesar de esos guiños a grandes personajes literarios. La malvada Elena Anaya queda ensombrecida por la pelirroja Pipi, a la que estaba esperando ver acompañada por un mono y un caballo, y los señores Pantunflo no dejan de ser un mero acompañamiento, muy alejados de esos míticos padres del tebeo. Los mejor parados son los niños que hacen de Miqui y Flequi que tienen mucho más carisma.
Pese a los fallos se agradece que se intenten adaptaciones como esta esperando que genere interés por todos los personajes de aventuras a los que se nombra, aunque en este caso se acerque más a la desastrosa El capitán Trueno, que a las correctas Anacleto, Agente Secreto o las impares de Mortadelo y Filemón.