¿Y si los extraterrestres invadiesen la tierra? ¿Y si acabasen con la humanidad? ¿De verdad seríamos capaces de contraatacar en caso de guerra? Pero… ¿Y si solo quisiesen comunicarse con nosotros? Esta semana se estrena en la gran pantalla La llegada, un thriller de ciencia ficción donde la guerra interplanetaria no está en los planes de los invasores extraterrestres.
Dirigida por Denis Villeneuve (Prisioneros, Sicario) y contando en su reparto con Amy Adams (American Hustle, Big Eyes) y Jeremy Renner (Los Vengadores, Misión: Imposible: Protocolo fantasma), La llegada, o Arrival en inglés, está basada en el libro A Story of Your Life, escrito por Ted Chiang, quien también fue partícipe en la elaboración del guión.
Vendida como una película más de extraterrestres e invasión a la tierra, Arrival cuenta como doce naves alienígenas de más de 450 metros de altura llegan a la Tierra, situándose en diversos puntos del planeta y sembrando el pánico en toda la humanidad. Ante la amenaza de una posible guerra mundial, los líderes de los grandes países deberán llegar a un acuerdo para que la situación no se complique aún más y, así, evitar un conflicto cuyas consecuencias podrían ser catastróficas. Estados Unidos reclutará entonces a la reputada experta en lingüística Louis Banks (Amy Adams) y al científico Ian Donnelly (Jeremy Renner) con el fin de descifrar y traducir el mensaje que los extraterrestres intentan transmitir a la humanidad. Juntos intentarán encontrar respuestas. ¿Por qué los alienígenas han venido? ¿Quieren invadir el planeta? ¿Cuáles son realmente sus intenciones?
Hasta ahí la cosa suena a cliché: extraterrestres, guerra, el fin del mundo… Pero no es este camino el que sigue la película, por mucho que el tráiler nos dé una idea de ello. La profesora Louis Banks tendrá la clave que podrá salvar el mundo, si es que alguna vez estuvo en peligro, y no tendrá nada que ver con armas de destrucción masiva.
A lo largo de las dos horas de película nos sumergimos en una larga clase de lingüística extraterrestre, un intercambio de idiomas entre los seres espaciales y los protagonistas del filme, con el fin de poder comprender a qué han venido, y por qué no dan el siguiente movimiento. Para amenizar la trama la protagonista vivirá continuos flashbacks que nos mostrarán trocitos de su pasado, un pasado carente de sentido para Louis, que más adelante terminará cobrando significado.
Basándonos en algunas de las películas de más éxito en este ámbito, como pueden ser Independence Day, Ultimátum a la Tierra, Distrito 9 o Battleship, La llegada trae novedad al mundo extraterrestre. Lo normal a la hora de ver una película de este tipo es que se desarrolle una guerra mundial que ocupe la mayor parte de la trama y que, o bien la Tierra consiga expulsar a los aliens o bien se llegue a algún tipo de pacto donde todos convivan en paz. Pero este no es el caso, aquí la violencia queda relegada a segundo plano y solo se da en las calles de las ciudades, a modo de disturbios causados por el miedo a las naves espaciales, algo que no llama sumamente la atención en el filme.
El grueso de la trama gira en torno al modo de comunicarse de los extraterrestres, unos círculos de tinta, que serán el quebradero de cabeza de los científicos de todo el mundo, y sobre todo de los protagonistas. Ellos serán quienes descifren su significado y les hagan la pregunta clave a los aliens, «¿Cuál es vuestra intención en la Tierra?», pregunta que acabará con la paciencia de algunos países, y cortará la cooperación entre todos los Estados. Ese es el momento en el que uno se frota las manos y piensa ‘aquí llega la guerra’, pero como hemos dicho antes, esto no es un cliché, y tal vez los alienígenas no estén aquí con la intención de acabar con la humanidad.
Acostumbrados a la acción cuando se trata de este tipo de historias, La llegada no termina de alcanzar el ritmo trepidante de otras películas de su clase; y aunque engancha y mantiene al espectador entretenido y deseoso de saber que quieren los extraterrestres, deja con ganas de que ocurra un giro inesperado que cambie el curso de los acontecimientos, un giro que aporte algo más de dinamismo. Es una película que se necesita comprender con rapidez para no perdernos ningún detalle, y es confusa en algunos aspectos, hasta que estos se aclaran. Por ello es obligatorio mantener a la audiencia continuamente enganchada, y en este sentido es cuando falta algo de acción que nos haga querer prestar atención en todo momento.
Sí que es cierto que el filme comienza pisando fuerte, y que la historia tras la protagonista consigue tocar nuestra fibra sensible, pero le cuesta mantener el dramatismo y la fuerza con las que empieza. Es en el trasfondo de los personajes donde encontramos lo mejor de la película, y son ellos quienes hacen que la trama merezca la pena, más allá de criaturas sobrenaturales y posibles guerras interestelares. Esos flashbacks que tiene Louis, y que no adquieren coherencia hasta el final, son la parte catártica de una historia donde los seres del espacio son todo menos lo que se espera de ellos.
Y si hablamos del final, el éxtasis de la película no tiene nada que ver con el desenlace de la relación entre humanos y alienígenas, sino que llega cuando comprendemos el por qué de esos flashback y la repercusión que traerán consigo. En realidad, el mundo extraterrestre es solo la excusa perfecta para contar una historia que bien podría encajar en cualquier otra trama, sobre todo del tipo fantástica.
Al final, todo se resume en una frase que dice Louis en los últimos minutos, en un regalo que el mundo recibe de los extraterrestres… «¿Qué pasaría si pudieses ver tu futuro? ¿Cambiarías alguna de tus decisiones?»