Reservoir Books, sello que pertenece a la firma editorial Random House Mondadori, ha publicado la opera prima de la ilustradora norteamericana Gina Wyndbrandt, Que alguien se acueste conmigo, por favor, que recoge cinco episodios gráficos que la autora había publicado anteriormente entre 2012 y 2016.
El libro, en clave autobiográfica, con la autora como protagonista, nos muestra a un personaje desesperado por conseguir una relación sexual a toda costa, que se le resiste porque considera que no resulta atractiva a los hombres ni sabe cómo relacionarse con ellos. Su desesperación la lleva a fantasear con historias de lo más surrealistas (como que Kim Kardashian la convierta en una prostituta de lujo con un cambio de imagen o que una pandilla de gatos callejeros la ayuden a madurar como si fueran el gato mágico de Sailor Moon…) y que, en varias ocasiones, rozan bastante lo burdo.
Gina se nos presenta como una joven inmadura, más bien una adolescente crecidita, enamorada de Justin Bieber y con una desaforada hambre sexual, cosa nada extraña, por otra parte, en esa etapa de la vida. A lo largo de las viñetas ilustra sus intentos por lograr su satisfacción, desde el cibersexo hasta técnicas de seducción que son, francamente, muy poco hábiles. Gina, además, parece pedir a gritos convertirse en un objeto sexual, incluso en su recreación de cómo serán sus métodos para lograr sexo en su futuro, en las distintas etapas de su vida.
El dibujo, a color y siempre en tonos rosados, es detallado y se pueden reconocer con facilidad por lo bien ilustrados que están los rostros de las celebrities que circulan por las páginas del libro, e incluso a la propia autora, aunque parezca dibujarse menos agraciada que lo que muestran las fotografías de sus activas redes sociales. Sin embargo, a pesar de que artísticamente puede llegar a agradar, el contenido resulta poco afortunado, a menos que compartas con la autora un humor muy especial y concreto; o empatices con sus deseos y frustraciones, cosa que podría ocurrir si eres una adolescente con anhelos similares…
En definitiva, pues, no es un libro que se deje recomendar, porque, en el mejor de los casos (salvo excepciones, por supuesto, que para gustos los colores…) puede dejar indiferente al lector, aunque también podría incluso llegar a molestarle o desagradarle. Es de agradecer que las editoriales acerquen el panorama americano actual en el mundo de la ilustración y las artes gráficas (ya que la autora y su trayectoria gozan de cierta relevancia, según indica su nota curricular en el volumen) al lector español, pero esperemos que las próximas sean propuestas que puedan interesar a un público más amplio.