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A grandes males, grandes remedios literarios

Lectores y lectoras, bibliófilos y bibliófilas y demás especímenes habitantes de librerías y bibliotecas, ¿cuántas veces os han tomado por locos cuando habéis dicho que lo único que necesitáis para curaros es un libro? Y da igual que estemos estresados, que tengamos mal de amores o que nos hayamos roto un hueso: nosotros encontraremos el remedio en alguno de los libros que abarrotan nuestras estanterías (si no, toda excusa es buena para ir a comprar algunos más). Claro está que la historia universal de la literatura es muy extensa y que no somos expertos en lo que Ella Berthoud y Susan Elderkin, autoras de Manual de remedios literarios han acuñado como «biblioterapia», término que ellas mismas definen como «la prescripción de novelas para las dolencias de la vida».

En este peculiar y gracioso manual las dos autoras presentan un completo y pormenorizado diccionario con dolencias no solo psicológicas, sino también físicas. Así, podrán encontrar la ficción literaria adecuada para sanarse tanto, por ejemplo, aquel lector irritable como aquel que sufra una apendicitis; para el primer problema el lector deberá viajar a El faro de Blackwater de Colm Tóibín, mientras que si tiene el apéndice inflamado lo mejor será un antiinflamatoria novela de Ludwig Bemelmans.

Ella Berthoud y Susan Elderkin se conocieron en la Universidad de Cambridge cuando ambas estudiaban literatura y, aunque siguieron pasos distintos tras terminar sus estudios, a ambas les unía el convencimiento de que la literatura es un método eficaz para curar todo tipo de males. Fue en 2008 cuando establecieron The School of Life, un centro en el que prescriben libros a pacientes de todo el mundo y en el que la única medicina es la literatura. En 2013 decidieron recopilar su experiencia como «biblioterapeutas» en este manual que ahora publican en España las editoriales Siruela y Círculo de Lectores.

En una edición deliciosamente cuidada, al lector se le presentan las distintas dolencias como si fueran acepciones de un diccionario. Para ayudar en la búsqueda al final se ha dispuesto un índice de entradas en el que, advierto, uno puede olvidar su dolencia para descubrir que los libros pueden curarle de problemas tan graves como vender el alma al diablo, vivir en una casa embrujada, tener complejo napoleónico, miedo a hacer la declaración de la renta o desear ser un superhéroe. Además, descubrirá el usuario de esta enciclopedia de la «biblioterapia» que las autoras han dispuesto listas de libros para los problemas más comunes.

Es el Manual de remedios literarios en sí un objeto fetiche para los locos de la lectura, solo por su portada ya queremos tenerlo en la estantería y si lo abrimos y vemos sus páginas ornamentadas no podremos apartar las vista de él. Sí, lo confieso, soy una bibliófila empedernida y muchos de mis problemas diarios suelen venir acarreados por mis problemas lectores. Precisamente para nosotros, los bibliófilos, las autoras han dedicado unas secciones especiales. ¿Eres de los de que piensan que la ciencia ficción es de calidad inferior a la «literatura seria»? Quizás debas conocer la obra de Ray Bradbury, Stanislaw Lem o Aldous Huxley. Si has caído en la tendencia de dejar todos los libros a medias, sea cual sea el motivo, Berthoud y Elderkin tienen algo que decirte. ¿Dudas sobre tu identidad lectora? No deberías. Solo tienes que mirar tu estantería, tus lecturas marcan quién eres como lector. Si no estás seguro de ser un gran lector no olvides viajar por La Mancha de Cervantes, no dejes de visitar al Jay Gatsby de Scott Fitzgerald y, por supuesto, haz hueco a Anna Karenina. Y, por último, si vas a ir a la Feria del Libro y te dejas engatusar siempre por las novedades editoriales, échale primero un ojo a la lista de recomendaciones del Manual de remedios literarios.

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