Tras siete años de enfrentamientos, los dos principales grupos políticos palestinos, el nacionalista Al Fatah y el islamista Hamás, han hecho oficial el nacimiento del nuevo gobierno de unidad nacional. El ejecutivo formado por 17 ministros designados por ambas fuerzas, ejercerá la autoridad sobre el país durante seis meses hasta la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas a comienzos de 2015.
Desde que Hamás ganara las elecciones legislativas en 2006 y, al año siguiente, se hiciera con el poder en Gaza expulsando a los partidarios de Al- Fatah (que pasaron a controlar Cisjordania), la desconexión entre las regiones de un mismo pueblo ha sido casi total. El pasado 23 de abril, los partidos y milicias palestinas liderados por los grupos Hamas y Al- Fatah se pusieron de acuerdo para aplicar los pactos cerrados en 2011 y 2012 en El Cairo y Doha respectivamente, por los cuales se ponía fin al conflicto armado entre ambas fuerzas y se apostaba por el hermanamiento y la convocatoria de elecciones. Cinco semanas después, los 17 ministros elegidos por Fatah y Hamás, han jurado su cargo en Ramalla (Cisjordania) inaugurando el nuevo “Gobierno de acuerdo nacional”. Este nuevo ejecutivo se ocupará fundamentalmente de las necesidades diarias de los palestinos tanto de Gaza como de Cisjordania durante los seis próximos meses, el plazo establecido para convocar elecciones presidenciales y legislativas, que no se celebran desde 2006.
Mahmud Abbas (líder de Al- Fatah) continuará al frente de la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina y el Gobierno estará encabezado por el actual primer ministro en Cisjordania, Rami Hamdallah (Al- Fatah), que asumirá también la cartera de Interior. Los ministros son 14 mujeres y 3 hombres de carácter tecnocrático y sin afiliación política según informan los principales diarios internacionales.
Israel no ha tardado en responder a la iniciativa de reconciliación palestina deslegitimando al nuevo gobierno por integrar al grupo Hamás, al que considera (igual que la Unión Europea y EEUU) una organización terrorista. Israel ya había roto el proceso de acuerdo y diálogo que desde julio de 2013 mantenía con Al-Fatah bajo la mediación de EEUU, al conocerse los primeros acercamientos entre los grupos palestinos y la inminente formación de un gobierno de unidad. El gabinete de seguridad, convocado por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, espetó que no negociará “con un Gobierno palestino que depende de Hamás” e insistió en que Mahmud Abbas ha elegido “el terrorismo por encima de la paz”.
Por el contrario, la portavoz comunitaria europea Maja Kocijancic celebró que el nuevo Gobierno palestino esté «compuesto de personalidades independientes” y calificó como “paso importante” la proclamación de la unidad y la reconciliación en Palestina.
El nuevo Gobierno palestino deberá ahora demostrar que es efectivamente de unidad, símbolo de reconciliación, siendo capaz de superar las diferencias y tensiones internas en beneficio de los palestinos. Además, deberá llevar a cabo la importante labor de rediseñar la hoja de ruta respecto a Israel, quién ya ha declarado que no negociará con la nueva autoridad palestina. Por su parte, el nuevo Ejecutivo palestino reconoce a Israel y mantiene el compromiso de buscar un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto entre ambos estados este que dura ya 66 años.