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Ni Croacia ni Serbia cometieron genocidio

La Corte Internacional de Justicia de la ONU ha sentenciado que ni Serbia ni Croacia cometieron genocidio en los conflictos ocurridos entre 1991 y 1995. El alto tribunal finaliza así un proceso de 16 años en el que ambos países se han acusado mutuamente de las 20.000 muertes producidas durante los cuatro años de enfrentamiento.

Desde Belgrado y Zagreb se esperaba desde hace años un acontecimiento que estaba tardando demasiado en llegar. La noticia se producía, finalmente, el martes 3 de febrero: la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU liberaba tanto a Serbia como a Croacia de sendas acusaciones de genocidio durante la Guerra de los Balcanes. En 1999, Croacia denunció a Serbia ante la CIJ por la destrucción de la ciudad de Vukovar en 1991 que provocó 13.500 muertos y miles de desplazamientos forzosos. La demanda fue respondida desde Belgrado en 2010 con otra denuncia: Serbia acusaba a Croacia de haber cometido un genocidio en la ofensiva de 1995 que puso fin a la “Operación Tormenta” con 200.000 serbios desplazados por la fuerza. Ahora ambas denuncias han quedado en papel mojado con el dictamen del Tribunal de la ONU, que las rechaza en una sola sentencia. La denuncia de Croacia contra Serbia ha sido desestimada por 15 votos de 17; y la de Serbia contra Croacia por unanimidad.

Jueces de la CIJ - WikipediaSegún los jueces del alto tribunal, ninguno de los países probó que los crímenes denunciados se encontraran dentro de lo estipulado por la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio. Además, el presidente de la CIJ, Peter Tomka, ha declarado que, si bien ambas partes cometieron crímenes, no lo hicieron con el objetivo de destruir a otro grupo étnico. Sin embargo, lo que sí reconoce el Tribunal es que hubo asesinatos, violaciones, maltrato y desplazamientos forzosos de civiles en ambos territorios, y culpa tanto a Belgrado como a Zagreb de no haber prevenido estos hechos.

El primer ministro croata, Zoran Milanovic, expresó su descontento con la decisión de la Corte, aunque asegura que la aceptará de forma civilizada. Desde Belgrado, sin embargo, reciben la noticia con mayor optimismo. El presidente serbio, Tomislav Nikolic, confía en que “en el futuro, Serbia y Croacia tengan la fuerza de resolver conjuntamente todo lo que obstaculiza la posibilidad de instaurar un periodo de paz duradera”.

El conflicto entre ambos países comenzó en 1991, cuando Croacia declaró su independencia de la antigua Yugoslavia. Fue entonces cuando se desencadenó una ola de luchas nacionalistas bajo la denominada Guerra de los Balcanes, que enfrentó, entre otros, a los serbios contra los independentistas musulmanes y croatas de Bosnia. El conflicto serbo-croata se extendió hasta 1999 y se saldó con 20.000 muertos y más de 1600 personas que actualmente siguen desaparecidas.

Víctimas de la masacre de Srebrenica a manos de serbios - Miker OibarLo cierto es que el debate sobre las guerras de los 90 sigue candente tanto en Serbia como en Croacia. Las acusaciones y reproches entre las dos partes han sido constantes y ahora la resolución de la Corte podría avivar las discusiones todavía más. Sin embargo, esta sentencia también puede ser la catarsis definitiva para abrir un camino de esperanza y unión entre ambos pueblos. Si las autoridades serbias y croatas ponen voluntad y disposición, la decisión del máximo órgano judicial de la ONU podrá contribuir a la escritura de una nueva página en la historia de las relaciones bilaterales. De esto último está convencido el ministro de Justicia serbio, Nikola Selakovic, que asegura que el dictamen “marca el final de una página del pasado” y el inicio de “una nueva en el futuro, más brillante y mejor». Pese a esas declaraciones, su homólogo croata, Orsat Miljenic, afirma que de momento no ve claro un acercamiento entre las dos partes. El Tribunal de La Haya hacía alusión, al cerrar el caso, a esa necesidad de volver a aproximar posturas, cooperando para compensar a todas las víctimas del conflicto y para restablecer la paz definitiva. Y es que tras casi dos décadas de enfrentamiento, no tiene sentido seguir profundizando en quién cometió los peores crímenes.

La Guerra de los Balcanes fue el conflicto más sangriento desde la Segunda Guerra Mundial. Se saldó con 130.000 muertos y con la desaparición de la antigua Yugoslavia, desmembrada en los estados de Serbia, Croacia, Eslovenia, Montenegro y Bosnia.

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