Letonia afronta el inicio de su turno de presidencia del Consejo con una tarea importante: concretar las acciones de la Unión Europea contra el terrorismo y establecer un calendario de aplicación de esas medidas. La primera cita para intentar conseguir este objetivo ya ha tenido lugar en Riga, donde los titulares de Interior de la UE trataron de buscar propuestas de cooperación frente a la alerta del yihadismo en Europa.
Los ministros de Interior de la Unión Europea se reunieron el pasado 29 de enero en Riga para debatir sobre la lucha conjunta contra el terrorismo y la gestión de flujos migratorios. El islamismo extremista puso de manifiesto su amenaza al continente tras los ataques de París y las detenciones de sospechosos en varios países, como España o Bélgica. La principal acción propuesta en el encuentro de la capital letona fue la de reforzar los controles en las fronteras exteriores del área Schengen (espacio sin fronteras internas entre los países pertenecientes). Los ministros piden que se controle sistemáticamente tanto a los ciudadanos europeos como los no europeos que viajen desde países de Schengen a otros países. Sin duda una medida de difícil aplicación que está por ver si el Consejo Europeo propondrá definitivamente o no.
Las actuaciones del club europeo todavía se están dibujando y no se han iniciado acciones concretas hasta la fecha. Pese a la alarma internacional, el coordinador europeo de la lucha antiterrorista, Gilles de Kerchove, advirtió en el Parlamento Europeo de que se deben evitar los “fuegos artificiales” con medidas urgentes, ya que lo importante para él “no es hacer más, sino hacerlo mejor”.
Uno de los países que más ha insistido en la necesidad de crear un marco de cooperación europea contra el terrorismo ha sido España. El titular español de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha insistido en que se deben modificar las reglas de funcionamiento del espacio Schengen sin perjudicar el derecho a la libre circulación que caracteriza a la UE. Esto supone, tal y como reconoce el ministro, un gran “reto político” que es necesario acometer.
Y es que el yihadismo parece haber extendido sus redes por todo el continente europeo. En 2014 se desarrollaron en España 12 operaciones contra este movimiento terrorista, que se saldaron con 33 detenidos. Además, el 24 de enero la Policía Nacional detuvo en Ceuta a cuatro terroristas que formaban parte de una célula que pretendía atentar en España. El regreso de la sombra del terrorismo al país, ausente desde los tiempos de ETA, hizo que Gobierno y Oposición se apresuraran a llevar a cabo acciones conjuntas. La pasada semana el Partido Popular y el PSOE firmaban el cuarto acuerdo antiterrorista de la democracia española. Al igual que España, otros países de Europa están instaurando medidas para hacer frente al terrorismo islamista. En Francia se pondrá el énfasis en el control del yihadismo en Internet y en las redes sociales, que conforman el principal núcleo de adoctrinamiento y propaganda de este movimiento extremista. En Reino Unido y Alemania, por su parte, se permitirá retirar la documentación a musulmanes radicalizados y evitar que viajen a países como Siria e Irak.
Son precisamente esas acciones las que ahora busca homogeneizar la Unión Europea en un marco de actuación común de todos los países miembros. Se trata de un intento por demostrar la fuerza del continente contra los continuos intentos de ataque de Al Qaeda y Estado Islámico. Reforzar las fronteras externas o aumentar el control de las comunicaciones son algunas de las propuestas que se debaten y que, de llevarse a cabo, deberán ser compatibles con la esencia de la UE: la libertad de circulación de sus ciudadanos. Una tarea nada sencilla que deberá afrontar el Consejo Europeo en su próxima cita el jueves 12 de febrero en Bruselas.