Muerte con pingüino, publicadada por Blackie Books, es una curiosa novela de Andrei Kurkov, que hará las delicias de aquellos lectores que buscan una obra que no les deje indiferentes. Aunque se publicó en 1996, bajo el título ruso Смерть постороннего, no ha perdido actualidad: continúa siendo fresca y singular; de hecho, se escribió una segunda parte que esperamos que llegue en un futuro próximo a nuestro país. La ilustración de cubierta, sencilla y muy colorida, pertenece a Olga Capdevila.
Viktor Alekseyevich es un hombre solitario que espera el momento idóneo para comenzar a escribir su obra cumbre, por la que será recordado y se convertirá en un escritor de renombre. Mientras llega ese momento, acepta escribir necrológicas (estelas en la obra) de personajes afamados de la ciudad, como mafiosos, políticos o representantes de la cultura del país que aún están vivos. Comparte piso con un pingüino taciturno al que ha adoptado del zoo de Kiev, que sufre problemas financieros y no puede mantener a sus animales. A Misha le encanta el pescado fresco y disfruta dándose chapuzones de agua helada en la bañera.
Los dos amigos se verán envueltos en una trama, típica de novela negra, en la que los acontecimientos no siempre se desarrollan como el lector espera. Junto a ellos, deambulan unos personajes secundarios como la joven Sonia, que protagonizará escenas memorables con el ave marina, el policía Sergei y el otro Misha. Todos ellos actúan como un acompañamiento de Viktor y Misha, ayudándoles y guiándoles en esta aventura que, en algunos momentos, parece perder temporalmente el ritmo para recuperarlo posteriormente.
Una de las muchas virtudes de esta novela es que se abordan con naturalidad algunos motivos insólitos como que un pingüino viva en un piso, y sin que ello suponga fracturar el pacto de ficción que comparten escritor y lector. Andrei Kurkov se convierte en un maestro de la cotidianidad de estos dos personajes, logrando que lo imposible sea creíble y coherente dentro de esta historia y sin que ningún elemento pierda la armonía. Esto conlleva una gran dificultad, ya que, si no se realiza de forma adecuada, el lector pronto acabará desencantado por la falta de verosimilitud.
A través de un argumento aparentemente inocente, compuesto por capítulos breves, el autor denuncia la corrupción, la precaria sanidad o la criminalidad frecuente en Kiev, a través de la mirada de un escritor frustrado que va conociendo a distintos personajes a lo largo de su vida. La intriga se mezcla con el humor y el encanto, convirtiendo a Muerte con pingüino en una novela amable y muy entretenida que, aunque no es sobresaliente, sí merece la pena detenerse en ella por su originalidad.