Revista Digital

Las relaciones vistas por Pascal Rambert

Pascal Rambert sorprendió en 2015 a los espectadores del Festival Grec, en Barcelona, y del Festival de Otoño a Primavera, en Madrid, con su pieza más representada y galardonada, La clausura del amor. El montaje, protagonizado en su versión española por Israel Elejalde y Bárbara Lennie, con dirección del propio autor, cuenta, sin adornos escénicos, sólo con el trabajo de los dos actores y el texto, la ruptura de una pareja. Todo lo que se dicen el uno al otro –primero uno, luego el otro− en el momento culminante de su desmembramiento.

Esta misma temporada, en 2017, Rambert ha sido nombrado artista asociado al madrileño El Pavón Teatro Kamikaze –quienes, por cierto, han ganado, merecidamente, el premio Nacional de Teatro este año, y desde aquí aprovechamos para felicitarles y celebrarlo−, y ha estrenado en este mismo escenario Ensayo, donde Elejalde repite en el reparto acompañado por Fernanda Orazi, Jesús Noguero y María Morales. Con ocasión de este estreno, la editorial La uÑa RoTa ha publicado los dos textos del dramaturgo francés, traducidos por Coto Adánez.

Ambos giran alrededor del amor, o, si más no, de las parejas. Si en La clausura del amor asistimos, sin concesiones románticas ni melodramáticas, sino con toda su dureza y crudeza –incluso crueldad−, a la ruptura de una pareja, a todo lo que se dicen en ese punto de no retorno, a todo lo que se reprochan, a todo a lo que se aferran, en Ensayo se trata, en cambio, de la confirmación de una infidelidad, de una historia a tres bandas, donde dos parejas, amigos entre sí y que trabajan juntos (ambas piezas tienen en común el contexto del mundo teatral como ámbito laboral de los protagonistas) se percatan de las auténticas relaciones que hay entre ellos, manifiestan sus amistades traicionadas, sus amores rotos o no correspondidos, sus deseos frustrados o cumplidos.

Rambert, en una estructura basada en el monólogo, con algún breve diálogo intercalado en la segunda pieza, presenta las relaciones humanas, más allá ya de las amorosas o no, en toda su extensión y complejidad, sin concesiones de ningún tipo. Obliga, además, al lector a ser director virtual del texto, al que debe dotar de intencionalidad ante la ausencia de signos de puntuación y de acotaciones. Pero su contenido es lo que hace rica cada pieza, que va mucho más allá de una reflexión acerca de las relaciones, y que se adentra en temas tan interesantes como la creación o la escritura y su relación con el mundo y la sociedad. Rambert es uno de los dramaturgos contemporáneos que vale la pena conocer, ver, y, también, leer.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *