A.R. Medina publica Manchas difíciles, su primera novela corta, con Amanecer. La meticulosidad en la vida puede ser tanto una ventaja como una inconveniencia. El carácter inflexible de una persona no suele prepararla para lo imprevisto, para la improvisación. Cuando la agenda que tenías planificada se desencaja, sin saberlo, entra en una telaraña fantasmal tejida por el aburrimiento. En esta hebras, enganchados, se encuentran todos los elementos que conforman una gran mancha de sangre, un lamparón un tanto difícil de quitar, ¿o no?
Hotel-balneario Bath Ambathador, Reino Unido, siglo XX: lugar donde se sitúan los hechos de Manchas difíciles. El periodista Sam Downer posee cierta información acerca de unos sucesos misteriosos. Esta situación propiciaría una buena investigación que puede catapultar su carrera. Entre las paredes del Ambathador vive una pequeña fantasma falta de diversión. Al tratarse de un ente paranormal, tiene conocimiento de la situación del edificio: decidida tratará de boicotear a Downer. ¿Qué planeará el fantasma? ¿Descubrirá Sam los secretos del Ambathador? Alfred Lovelace, conserje, Normal Tywyll, especialista en limpieza en seco y cliente ocasional, junto con el resto de residentes y trabajadores se verán inmersos en una indagación de culpables y sospechosos, de secretos y revelaciones.
Manchas difíciles es una historia con varias relaciones intertextuales —con obras conocidas, de diferentes medios—. De literatura, se menciona a Poirot, en particular, y a Agatha Christie en general; lo que le otorga ese toque clásico y ocurrente. Así mismo, el propio autor apuntó la existencia de influencias del cine, por un lado hay tintes tarnantinesco y, por otro, tuvo muy presente la estética de Hitchcock. A ello se le suma, cierto toque de Cluedo: el periodista trata de desentrañar el misterio del Hotel-balneario, con un tablero lleno de personajes. El texto cuenta con una doble estructura, ello permite conocer, gracias al prisma que se construye con los personajes y las perspectivas, los entresijos del Ambathador, mientras se compagina con tres focos narrativos. Todo nos van dando pistas e información de los sucesos y del plan secreto de la niña fantasma. No obstante, parece que nada es baladí, ni siquiera el pasado.
Amanecer publica una novela corta de fantasmas en una edición cuidada, tanto por dentro como por fuera, haciendo que su lectura sea muy grata. A.R. Medina, con su estilo ágil, con la información dada al lector muy bien dosificada, mantiene al receptor enganchado de principio a fin. Además, resulta muy sencillo conectar con los personajes y vivir la historia desde su punto de vista (que puede ser moralmente correcto o no) y sufrir con ellos por toda la situación que viven. Mezclando lo paranormal, la intriga con toques de humor, Medina construye un relato divertido, misterioso, con tramas muy bien llevadas y una estructura muy fresca. No os perdáis Manchas difíciles, ni perdáis de vista al autor.