¿Qué nos ha influido en nuestra manera de ver a las mujeres?. “Detrás de cada mirada hay un juicio” y también una cultura patriarcal, según relata el capítulo dos de la serie de documentales “Ways of Seeing” de John Berguer. Esta pieza nos muestra la verdadera intención de retratar el desnudo femenino de la pintura clásica europea y nos hace ver cómo las obras de arte han cambiado la percepción social sobre lo femenino y el empoderamiento.
Si eres mujer, ya te habrás percatado de la cantidad de adjetivos que nos ponen antes de decir una sola palabra. Al parecer, somos demasiado perfeccionistas, ¿y qué es la perfección sino un concepto subjetivo? Bien, ante este debate de lo abstracto, lo más o menos justo sería que los criterios de perfección los pusiera el género femenino. ¿Es así?, si la respuesta fuera sí… ¿Cómo es que ellas mismas se han puesto tantas contradicciones? Las mujeres tienen que ser educadas en la calle pero unas fieras en la cama, estudiosas y organizadas en la universidad pero no subir al primer puesto en una empresa, delgadas y esbeltas pero con unos pechos enormes, responsables del maltrato y la violación pero lánguidas y frágiles esperando a un hombre para servirle. ¿Hemos sido nosotras las que nos hemos hecho tanto daño?
Para hallar la respuesta, podríamos mirar atrás en el tiempo, en concreto a la cultura clásica europea con la ayuda de John Berguer, escritor, pintor y autor de la serie de documentales “Ways of Seeing” (modos de ver). En el segundo capítulo de este trabajo documental, se analiza la perspectiva de lo femenino que impusieron los artistas clásicos europeos a través de la representación del desnudo. Este autor demuestra a lo largo del documental que, estos cuadros fueron hechos por y para el público masculino y su deleite, de modo que, la manifestación de la sexualidad no se encuentra dentro de la propia obra de arte si no fuera de ella, en la persona que lo está mirando. Para mostrarlo, analiza diferentes pinturas al oleo de la cultura clásica europea en las que se retratan desnudos femeninos. Una de ellas es Allegoria del triunfo di Venere de Bronzino, es una representación de Cupido besando a Venus. Si observamos con atención la imagen, en concreto a la mujer desnuda que se retrata, la posición en la que tiene el cuerpo no tiene nada que ver con ese beso, su cuerpo está totalmente girado al frente del cuadro y no hacia cupido. Ella está exponiéndose hacia el desconocido que está observando la obra de arte, una prueba fehaciente de que esta pintura fue hecha para el placer del señor espectador.
¿Cuál es la opinión de las mujeres? En el propio documental, John Berguer se acerca a un grupo de mujeres. Les pregunta si realmente se sienten identificadas con la imagen desnuda que se muestra de ellas en estas pinturas; “Para mi son muy irreales en relación con cualquier imagen profunda que pudiera tener sobre mí misma”, responde una de ellas.
A lo largo de los siglos, las mujeres han tenido que asumir la culpa de lo que otros han hecho con su cuerpo. Se visten y se desnudan según el siglo, la situación y el lugar. Podríamos decir que en la historia de la hipersexualización femenina, han participado grandes e influyentes autores europeos. Artistas occidentales con deseos de satisfacer su sexualidad a través de nuestro cuerpo, retratándolo como un objeto frágil, expuesto de forma pasiva con los brazos caídos y una sonrisa no demasiado pronunciada, carente de iniciativa para tener relaciones sexuales. Su libre potestad para marcarnos las pautas de nuestra sexualidad, está muy relacionada con la cultura de la violación.
¿Y qué es lo empoderante?
En el transcurso del documental, el autor pone simultáneamente dos imágenes muy diferentes con solo una cosa en común, la imagen de una mujer desnuda. La primera es “una obra maestra” de la pintura clásica europea y la segunda es una fotografía de una modelo de una revista de mujeres desnudas. Nos pide, como espectadores, que nos fijemos en la expresión de su rostro, en su mirada. Pronto nos daremos cuenta de que son muy similares. No es una mirada cualquiera, es una expresión encantadora hacia el hombre que la está mirando, aunque no lo conoce. Su sexualidad no existe, queda relegada al género masculino.
En Instagram, con hacer una simple búsqueda, podemos hallar a chicas con una expresión facial y una posición corporal similares tanto a las pinturas al óleo de la cultura clásica como a las revistas porno de los años 70. Si, el modus operandi de los artistas desde el siglo XIX hasta las revistas actuales ha sido el mismo. Hemos aprendido a comunicar de esta manera a lo largo del tiempo, sería muy complicado cambiar todo esto porque supondría deconstruir y coeducar desde cero, generando nuevas obras de arte e ignorando todo el patrimonio antiguo, que no es poco. Mientras tanto, ¿Qué nos queda?, ¿Qué sería lo empoderante para la mujer? Son muchos los temas que encienden este debate; la falda, el bikini, el topless, la depilación, el velo o hiyab, el burkini, el hábito de monja, los famosos shorts, el vestido de año nuevo de Cristina Pedroche, las fotos de Instagram de Nicky Minaj y muchos más. Se reabren una y otra vez gracias a las nuevas tecnologías, que han dado lugar a los nuevos medios de comunicación y, por tanto, nuevas formas de expresión para el ser humano, como es el caso de Instagram antes expuesto. Podríamos dividir las formas de pensar sobre la ética del empoderamiento moderno y el papel de la mujer en la comunicación actual en tres modos de pensar; por un lado estarían los que dicen “Si pides respeto, empieza por respetarte a ti misma”, también nos encontraríamos con los que abogan por la libertad de la mujer en cuestión, argumentando que es libre, independiente para hacer lo que quiere y por último estarían aquellas personas que piensan que las famosas, al tener tanta influencia en el mundo, están dando una imagen errónea sobre la mujer a las nuevas generaciones.
En 1972 se rodó modos de ver y John Berguer nos acercó la opinión de mujeres de a pie sobre la identificación personal en esas obras, ellas contestaron que no y el motivo es muy sencillo, porque esas pinturas no está hechas ni para ellas, ni pensando en ellas como personas con derechos y dignidad. Quizás es este el quiz de la cuestión sobre lo que es empoderante y lo que no. Imagina que se trata de una fotografía, vídeo o pintura, en la que la expresión de tu rostro, la posición corporal y tu perfecta depilación tienen el supuesto origen patriarcal que se ha planteado. Si está hecha con la intención de reivindicar tu libertad y autodeterminación sobre tu cuerpo o porque te da la santa gana, siempre que esté realizada por ti y para ti, ¿por qué no podría ser empoderante?