El referéndum sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea será antes de que acabe 2017. Así lo ha anunciado la Reina Isabel II durante un discurso en el Parlamento británico: «Mi gobierno renegociará las relaciones entre Reino Unido y la UE y promoverá una reforma de la UE en beneficio de todos los Estados miembro».
El Ejecutivo ha reafirmado así sus intenciones de presentar una ley que permita la convocatoria de la consulta, una de las grandes promesas de David Cameron para las elecciones del pasado 7 de mayo.
La respuesta de la Unión Europea (UE) no se ha hecho esperar. La Comisión Europea de Jean-Claude Juncker ha declarado que está dispuesta a trabajar con Cameron y así atender sus peticiones de reforma de la UE. Juncker también dijo que lo que no se iba a negociar bajo ningún concepto eran los principios fundadores de la Unión. Entre estos principios fundadores destaca el espacio libre de intercambio de personas, capitales y servicios, dicho de otro modo, la libertad de circulación en la UE. Tema del que Gran Bretaña discrepa totalmente.
Un diplomático europeo dijo que los británicos “se equivocan si piensan que sus socios están dispuestos a pagar un alto precio por mantenerlos dentro, sobre todo si este precio se traduce por vaciar de su sentido al proyecto europeo”. Y es que ya se empieza a notar el cansancio que hay en la UE sobre la posible salida de Reino Unido. No cabe duda que Gran Bretaña es un socio muy importante para el club comunitario de los 28 pero tampoco supondría un desastre su salida de la misma. Tendría más desventajas para la propia Gran Bretaña que ventajas, hay que recordar que Reino Unido siempre ha sido «la niña mimada de la UE».
Reino Unido se incorporó a la UE en 1973 y fue la primera ampliación de la Unión. En un contexto mundial marcado por la crisis del petróleo, Gran Bretaña vió que el continente europeo crecía unido por los convenios firmados en el Tratado de Roma de 1957 y decidió sumarse al grupo. Pero como había algunos aspectos que no le gustaban de las Comunidades Europeas y los miembros no podían permitirse dejar escapar a Reino unido le ofrecieron no aceptar los aspectos que no quisiera, es decir, tenía potestad para hacer Opting Out a lo que creyera que no era conveniente.
Ya con privilegios desde su incorporación al club comunitario, decidió entre otros asuntos no incorporar la moneda común ni pertenecer al espacio Schengen (la UE es una frontera exterior por sí sola pero Reino Unido no pertenece a ella). No contentos con eso, ahora pretenden impulsar una reforma de la UE que lo que en realidad quiere decir es «ofrezcanme algo a cambio por seguir aquí».
La eterna lucha de Gran Bretaña por querer preguntar a sus ciudadano si quieren permanecer en la Unión Europea no va a tardar más de dos años y medio, ¿Le dará tiempo a Cameron a posicionarse de un lado definitivamente? Una vez ganadas las elecciones ¿por qué no mostrar las cartas y enseñar a los ciudadanos las verdaderas ventajas que tiene Gran Bretaña en la UE y los inconvenientes tanto de irse como de quedarse dentro de los 28?