Revista Digital

Tiempo para una gran serie

Acercándose a su recta final, la novedosa serie de TVE El Ministerio del Tiempo ha conquistado las redes y la crítica en nuestro país. Con cinco episodios se ha convertido en serie de culto y ya ha firmado la renovación de una segunda temporada.

portada (3)Hola, huelleros, ¿qué tal se nos presenta esta Semana Santa? Espero que con mucho tiempo por delante para hacer multitud de cosas. Entre las que os propongo están pasar estas fiestas junto a los vuestros, descansar, viajar mucho y, sobre todo, la TV. Concretamente os recomiendo echarle un ojo a la nueva propuesta de La 1, si es que aún no os habéis enrolado en El Ministerio del Tiempo.

Pero pongámonos en harina. La serie de la que hoy vamos a hablar no se trata de un Homeland estadounidense cargado de tramas bélicas o de espionaje, ni de un Sherlock inglés repleto de casos enmarañados; incluso tampoco presenta rasgos de la cultura de uno u otro lado del Atlántico. Por una vez, los que partimos la pana con una serie y con un arma de semejante potencial somos los españoles, pues nosotros, y solo nosotros, poseemos un Ministerio del Tiempo. Sí, amigos, un entramado de puertas que ya desde los tiempos de Isabel La Católica se utilizaban para salvaguardar que nuestra historia no fuera trastocada por individuos que conseguían viajar a través de ellas de una a otra época. Este recurso, que en malas manos podría ser nefasto, es preservado por los funcionarios del Ministerio, quien, reclutados en distintos momentos históricos, las atravesarán para cumplir el cometido de que todo transcurra tal y como dicen los libros de Historia.

ministerio IJugar con el tema del tiempo siempre es difícil e inexacto, pues en la inmensa mayoría de las ocasiones se incurre en paradojas o incongruencias temporales. El Ministerio del Tiempo no es una excepción y desde el principio hay cosas que no encajan, por ejemplo el no explicar qué son las puertas, cómo funcionan, la no afectación de los hechos pasados en el futuro inmediato, la cobertura de móvil entre épocas… Pero dejemos a un lado estos detalles y creamos en la magia, como hicimos con Perdidos, Twin Peaks o Fringe, y hagamos un salto de fe.

La idea, cuanto menos original dentro de los saltos temporales, podría haber quedado algo descafeinada, de no ser porque en esta ocasión se decidió aliñar junto a un plantel de buenos actores. Rodolfo Sancho, del presente; Aura Garrido, de principios del XX; y Nacho Fresneda, desde el Siglo de Oro, son nuestros principales agentes, a los que les secundarán otros del calibre de Cayetana Guillén Cuervo, Juan Gea y el gran Jaime Blanch, como manejador de todo el cotarro ministerial.

ministerio 2Sus papeles no son planos, son bastante complejos, llenos de esquinas que irán despuntando a medida que viajen en el tiempo y comiencen a averiguar qué ocurrió con sus vidas, con las de sus familias y sientan el deseo de cambiar lo sucedido. Asimismo, sus interpretaciones son más que aceptables, especialmente las de ellas. Ver a Irene (Cayetana) probar si Amelia (Aura) es lesbiana como ella, a Amelia en los brazos de Lope de Vega, a Alonso (Nacho) ser confundido con Alatriste y a Julián (Rodolfo) presenciar sus primeras citas con su fallecida esposa son algunos de los momentazos que por ahora nos ha dejado esta serie.

Pero sin duda, lo mejor del show está en su labor didáctica. En pasados artículos ya expuse mi teoría sobre la triple faceta que ha de reunir una buena televisión pública: informar verazmente, entretener y educar. El Ministerio del Tiempo no solo entretiene, sino que además visita semana a semana los hitos, los acontecimientos más destacados de nuestra historia, desde la Guerra de Independencia, hasta el pacto en Hendaya, para disfrute y aprendizaje del espectador. De hecho, esta característica de la serie me hace pensar en que no sólo sería exportable a otros países, sino que además sería necesaria, para que cada ciudadano supiera de su historia y no repitiera errores pasados.

El cuarto pilar en el que se fundamenta el Ministerio es su guion, repleto de guiños al espectador y a la cultura popular. Rodolfo Sancho alojándose en una fonda bajo el nombre de Curro Jiménez, que fue interpretado por su padre, Sancho Gracia; alusiones a Terminator y sus viajes temporales; funcionarios que se quejan de su trabajo y los recortes en sus pagas; la secretaria Angustias (Francesca Piñón) que amaba a Federico García Lorca, quien a su vez bautizó con el nombre de Angustias a una de las hijas de Bernarda Alba; una puerta que conduce al escenario de las Meninas y que bien podría haber sido reflejada en el mismo lienzo por Velázquez, que en realidad también es agente del Ministerio… En resumen, un sinfín de detalles que provocan que el espectador esté alerta y sea partícipe de esta maravillosa serie. De todos estos detalles, me quedaría con la entrada al recinto de las puertas del tiempo: con forma de claustro románico, es decir, un lugar donde se empezó a escribir la Historia Española.

ministerio 3Por todo ello, he de decir que me declaro a partir de ahora fan incondicional de El Ministerio del Tiempo y espero, deseo y anhelo que le queden muchas temporadas, para atravesar muchas puertas y visitar épocas y momentos que, de seguro, ya no volverán.

PD: mi reflexión final de telespectador de hoy es: “La cabecera de El Ministerio del Tiempo es, simplemente, una joya”.

 Fotografías propiedades de rtve.es

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