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‘Yamilia’: una historia de amor en Kirguistán

Automática Editorial nos trae una preciosa historia que tiene por título Yamilia, del escritor Chinguiz Aitmátov y traducido por Marta Sánchez-Nieves Fernández quien también incorpora las notas a esta edición; en esta ocasión son muy necesarias, puesto que se traducen términos kirguises que desconocía. Este título resulta especialmente llamativo por la bella imagen de su cubierta, obra de Cristina González Esteban, que ilustra a la joven protagonista de la novela.

El autor Chinguiz Aitmátov ha sido mi primer acercamiento a la literatura de Kirguistán y me he llevado una grata sorpresa. La trama es sencilla: en un periodo de guerras, en el que los hombres se han ido a luchar en la batalla, las mujeres y los chicos más jóvenes deben encargarse de las labores del campo, junto a algunos soldados que llegan heridos de la contienda. A pesar de la presencia del conflicto, que determina las acciones de los personajes, nos encontramos ante una novela muy pausada y agradable, en la que la naturaleza y lo rural cobran una importancia fundamental.

Yamilia, una mujer recién casada, ha de ayudar con el trabajo del campo mientras su esposo, Sadyk, regresa del ejército. Para cumplir con las agotadoras tareas diarias, será ayudada por Seit, el hermano pequeño de Sadyk, y por un combatiente herido que ha regresado recientemente del frente. A lo largo de la novela, que consta de noventa páginas, descubriremos a los protagonistas con sus sentimientos, frustraciones y anhelos.

Pese a la sencillez y la brevedad de la obra, Yamilia logra emocionar con su historia y consigue que nos pongamos en la piel de unos personajes que han de luchar por su felicidad frente a los convencionalismos, por sus sueños frente la rutina y lo que se espera de ellos, por el amor frente a las tradiciones. Los lectores imaginamos la escena de los sacos y sufrimos con Daniyar, leemos las cartas de Sadyk y compadecemos a la protagonista y asistimos esperanzados a los sueños de Seit.

En ocasiones una obra se convierte en una lectura reconfortante para el lector. De forma sorprendente esta novela corta llegó a mí en el momento en que la necesitaba y decidí releer la obra tras acabar la primera lectura, buscando repetir la paz que me hizo sentir. Hoy os invito a descubrir a Chinguiz Aitmátov, una de las figuras literarias más importantes de Kirguistán, y a su Yamilia. Será un feliz encuentro.

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