Según los primeros datos difundidos por el diario The Times of India, el Partido Popular Indio (BJP) ha obtenido 283 escaños en las elecciones generales, por lo que su candidato, Narenda Modi será el próximo primer ministro. Muy por debajo se sitúa el Congreso Nacional Indio (INC por sus siglas en inglés), con 44 escaños. Los comicios se han desarrollado entre el 7 de abril y el 12 de mayo y estaban llamados a las urnas 815 millones de indios con derecho a voto.
Las elecciones han registrado una cifra record de participación alcanzando el 66,3% de la población con derecho a voto, esto es, 551 millones de votantes. En disputa se encontraban los 543 escaños de la Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento de India. El BJP ha obtenido 283 escaños (11 más del mínimo necesario para formar gobierno) y junto con partidos afines controlará 336 diputados. De la totalidad de los asientos, 131 están reservados a candidatos de castas indias, y otros dos pendientes de designación para representar a la pequeña comunidad angloindia del país.
Durante lo que se ha considerado como el mayor ejercicio democrático del mundo (por el volumen de población con derecho a participar en los comicios), la política india ha experimentado un vuelco electoral histórico. Desde que India se independizó de Gran Bretaña en 1947, el INC ha gobernado casi de manera continua el país. La dinastía Nehru y Gandhi que lidera el INC, construyó durante estos años una India democrática, socialista, secular y no alineada internacionalmente. Este ideal, se ha ido disipando entre la creciente pobreza, la corrupción política y el freno del crecimiento económico nacional (que se ha reducido del 8% a menos del 5% en tres años). Las elecciones han puesto de manifiesto la caída del INC y de su candidato Rahul Gandhi, que no ha conseguido alcanzar los cien escaños necesarios para constituirse oficialmente como partido de la oposición.
La victoria del BJP significa para India el triunfo de un modelo político y económico totalmente opuesto centrado en el liberalismo económico y la economía de mercado. El nacionalista hindú Narendra Modi, líder del BJP y futuro presidente del país, ha basado su campaña electoral en consignas pro-comercio y promesas de creación de empleo, una de los grandes retos del país. En una potente campaña mediática, Modi se ha comprometido con los indios a mejorar el suministro eléctrico, las carreteras, el servicio de trenes y en general las comunicaciones para reactivar el crecimiento económico. También, pretende realizar profundas reformas fiscales y laborales, con el objetivo de facilitar la entrada de inversión extranjera y abrir India a la comunidad internacional.
El BJP tendrá ahora la capacidad de gobernar en solitario el país, escenario que no se daba desde hace 25 años. Esta situación ha provocado recelos entre los sectores musulmanes del país, pues el futuro Primer Ministro, Narendra Modi, fue acusado en 2002 de instigar a la celebración de manifestaciones anti-musulmanas cuya brutal violencia costó la vida a 1000 personas.